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domingo, 19 de junio de 2011

España le hizo un baile de 3- 0 a Ucranea

Jugaba España dos partidos al mismo tiempo. El suyo lo liquidó pronto, en dos acciones geniales de fútbol profundo y colectivo. El otro, el de Inglaterra y la República Checa, se le resistió más. Era como si España jugase ante Ucrania por el título de campeón de Europa y en el de Inglaterra por la plaza olímpica. Todo a la vez. Pero Inglaterra, con su pase como anfitrión para los Juegos de 2012 ya en el bolsillo, ha sido un equipo ramplón que acabó sucumbiendo ante la República Checa (1-2).

España deberá, pues, superar las semifinales o jugarse el billete en el partido por el tercer puesto. La felicidad no fue total para España. Su fútbol, sí. Londres, en cualquier caso, está a solo un triunfo después de dos citas olímpicas consecutivas (Atenas 2004 y Pekín 2008) sin estar entre los clasificados.

España arrancó el motor a la primera y casi a la primera enganchó Ander Herrera un pase diagonal, profundo, seco sobre Mata, que coló el balón entre las piernas del portero. La tarjeta de visita habitual, en la que se lee ritmo, fútbol raso colectivo, bien pensado y ya bien definido. Solo se apreciaba una levísima variación en el dibujo de España: Javi Martínez se acomodaba más atrás de lo habitual, como queriendo evitar sustos y garantizando de este modo un pase atrás cuando sus compañeros se metían en algún problema. Es decir, garantizar el balón. Y eso le dio más protagonismo a Herrera, junto a Thiago, convertidos ambos en más líderes del centro del campo de lo que ya son. Ucrania, la única selección en la que todos los futbolistas juegan en equipos de su país, asustó levemente con un despliegue físico que parecía querer intimidar al combinado español y dificultar la transición del balón.

Fuegos artificiales. Resulta harto complicado quitar el balón a España. Los rivales se deprimen y confían más en que lo pierda, en alguna genialidad mal ejecutada o en algún desatino que recuerde su condición humana. Sin balón es difícil hacer gol y De Gea vivió una plácida noche en Herning. Un saltito para recoger un balón bombeado y un par de disparos flojos que acunó en sus larguísimos brazos. Pero su sombra es alargada y con el partido vencido (tras el penalti marcado por Mata), demostró que, aunque los rivales le huyan, hay portero. El meta repelió un penalti cometido por él mismo.

El segundo gol ratificó la idea de España, el fútbol como asociación y como colectivo de grandes solistas con el ánimo de formar una gran orquesta. Thiago se quitó con fuerza y estilo a dos contrarios, habilitó a Montoya, que ayer se mostró como un lateral más largo de lo habitual, y su centro duro y horizontal lo remachó Mata. Todo en un par de suspiros.

Con tan poco público, tanto dominio del balón por parte de España, tanta inferioridad ucrania (incluso numérica tras el penalti de Gasrmash), el partido se convirtió en un entretenimiento para España y un suplicio para Ucrania. España mirando a Viborg, donde jugaba Inglaterra, y Ucrania mirando a Kiev, donde le espera la familia. A la selección le espera ahora Bielorrusia en las semifinales.