La depresión afecta a 121 millones de personas en el mundo y la enfermedad es responsable de unas 850.000 muertes cada año, principalmente suicidios.
Ésa es la conclusión del informe global sobre depresión que publica la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El estudio analizó la incidencia de la enfermedad en 18 países del mundo e incluyó entrevistas con más de 89.000 personas.
Se encontró que 15% de la población de los países de altos ingresos han sufrido un evento de depresión en algún momento de su vida, comparado con 11% de la población en países de medianos y bajos ingresos.
Y en el último año, 28% de la población de países de altos ingresos sufrió un Episodio Depresivo Severo (EDS), comparado con 20% de la población en países de medianos y bajos ingresos.
Un Episodio Depresivo Severo es aquél en que el individuo presenta al menos cinco de nueve criterios de depresión clínica, que incluyen sentimientos de tristeza, pérdida de interés o placer en la vida, sentimientos de culpabilidad o baja autoestima, falta de sueño o de apetito, pérdida de energía y baja concentración.
Pero quizás el resultado más sorprendente, afirman los investigadores en la revista BMC Medicine, fue que en todos los países estudiados las mujeres mostraron el doble de probabilidad de sufrir depresión que los hombres.
Y uno de los factores más comunes que contribuyen a la enfermedad es la pérdida de una pareja, ya sea debido a muerte, divorcio o separación.
Discapacidad
Lo que el informe muestra es que no importa el país o lugar donde viva una persona deprimida, la enfermedad afectará su capacidad de funcionar en la vida diaria, señala Evelyn Bromet, profesora de psiquiatría y ciencia conductual de la Universidad Estatal de Nueva York, quien dirigió el estudio.
"En cada uno de los países estudiados, la depresión está vinculada a la discapacidad" dice la investigadora.
"Lo que esto muestra es que, cualquiera que sea el significado de la depresión en las diversas culturas, la enfermedad tiene un impacto en la vida de la gente" agrega.
Según la OMS la depresión es la cuarta causa de discapacidad en el mundo y para el 2020, dice la organización, será la segunda causa.
Los investigadores llevaron a cabo entrevistas con más de 89.000 personas en 10 países de altos ingresos -incluidos Francia, Alemania, Japón y Estados Unidos- y ocho países de bajos y medianos ingresos -incluidos Brasil, India, China, México y Colombia.
Los participantes respondieron a preguntas sobre síntomas de la enfermedad y sobre episodios de depresión severos.
Se encontró que el país con la mayor prevalencia de depresión en la población fue Francia (más de 30%) seguido de Estados Unidos (19%) y Brasil (18%).
El país con la menor prevalencia fue China (6,5%) seguido de Japón (6,6%) y México (8%).
Pero cuando se preguntó a los participantes sobre EDS en el último año, la incidencia más alta se encontró en India (36%), seguido de Francia (30%), seguido de Holanda y Estados Unidos.
Y la menor incidencia de EDS fue en China (12%).
Edad
Otro aspecto donde se encontraron diferencias amplias entre países de altos, medianos y bajos ingresos fue la edad.
En los países de bajos ingresos, los primeros síntomas de depresión aparecen casi dos años antes que en los países de altos ingresos.
Y aunque el efecto de la enfermedad parece disminuir a medida que se incrementa la edad en países de altos ingresos, como Estados Unidos y países de Europa, en naciones de bajos y medianos ingresos ocurre lo contrario.
Los estudios pasados han mostrado que el género y el estado civil tienen un impacto en la depresión. Y este estudio lo confirma.
Se encontró que las mujeres tienen dos veces más riesgo de sufrir un EDS que los hombres, y la gente que es viuda, está separada o divorciada tienen tasas "significativamente más altas" de depresión que los casados.
"Este es el primer estudio que utiliza un método estándar para comparar la depresión y los EDS en varios países y culturas" dice la profesora Bromet.
"Demostramos que la depresión es un problema importante de salud pública en todas las regiones del mundo y está fuertemente vinculada a las condiciones sociales".
La investigadora agrega que "es necesario entender los patrones y causas de la depresión para establecer iniciativas globales que reduzcan su impacto en la vida de los individuos y las sociedades".