Barricadas incendiarias y bloqueos en varios puntos de Santiago se registraban la mañana de este miércoles, dificultando el traslado de las personas en la hora punta de la jornada, en el inicio de un paro nacional de 48 horas convocado por la mayor central sindical del país.
Con peticiones que van desde una reforma constitucional hasta la disminución de impuestos a los combustibles, la movilización amenaza con convertirse en un reclamo generalizado contra Sebastián Piñera, el primer mandatario de derecha desde el retorno a la democracia en Chile en 1990.
Manifestantes bloquearon con neumáticos encendidos y palos esquinas importantes de la capital, como varias intersecciones de la Avenida Alameda, la principal arteria de Santiago. En sectores periféricos, se impedía la salida de buses arrojándoles piedras, de acuerdo a reportes de medios locales.
Los bloqueos provocaban alteraciones en el desplazamiento de las personas, pero no habían logrado paralizar la ciudad de más de seis millones de habitantes.
"En muy pocas partes está paralizado el tránsito y hay un poco de demora por las barricadas", señaló el ministro de Transporte, Pedro Pablo Errázuriz.
El ministro señaló que todos los conductores del servicio público del transporte "están operando, porque hay un compromiso de ellos".
La situación en el ferrocarril metropolitano, el aeropuerto de Santiago y los puertos del país era de "total normalidad" hasta el momento, agregó el ministro.
Durante la madrugada se registraron enfrentamientos entre manifestantes y policías en barriadas pobres de la periferia de la ciudad, mientras que de noche miles de chilenos salieron a las calles para hacer sonar cacerolas en apoyo a la manifestación.
En el barrio de La Pincoya, en el norte de Santiago, un policía resultó herido en una mano tras ser alcanzado por una bala durante un tiroteo mientras actuaba para disolver una protesta.
La protesta fue convocada por la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), la mayor central sindical del país que agrupa a cerca del 10% de la fuerza laboral, con un amplio pliego de peticiones, y es la primera que enfrenta el presidente Piñera en sus 17 meses de Gobierno.
A la manifestación adhieren también estudiantes y profesores, que desde hace tres meses protestan por una educación pública gratuita y de mayor calidad.
AFP