La primera ministra de Tailandia, Yingluck Shinawatra, declaró el estado de desastre a raíz de las peores inundaciones registradas por el país en el último medio siglo y en las que han muerto al menos 345 personas.
La declaración del estado de desastre otorga a la jefa del Gobierno plena autoridad para adoptar medidas destinadas a paliar los efectos de las inundaciones que comenzaron hace tres meses y pone bajo su dirección a todos los organismos del Estado.
En su intervención, Shinawatra dijo que ha ordenado al Ejército proteger los lugares estratégicos de la capital como el aeropuerto internacional de Suvarnabhumi, el Palacio Real y Hospital Siriraj, donde está ingresado el rey Bhumibol Adulyadej por problemas de salud.
La declaración de estado de desastre conlleva la entrada en vigor de la ley que también concede a la primera ministra la autoridad para cesar a los funcionarios que no acaten sus ordenes con actúen de manera negligente.
La medida fue anunciada cuando surgen señales de disputas internas en el seno del Gobierno sobre la gestión del desastre causado por las inundaciones y arrecian las críticas por la lenta respuesta de las autoridades.
El agua que anega la meseta central de Tailandia continua hoy aumentando en el perímetro de Bangkok, cuya población ha sido de nuevo alertada para que se prepare a afrontar inundaciones en zonas de la capital.
Después de reforzar durante varias semanas los diques de Bangkok, el Gobierno ha decidido abrir algunas de las compuertas con la finalidad de permitir que el agua pase a través de la metrópoli, ubicada en la desembocadura del río Chao Praya.
"Pido a todos los residentes en Bangkok que pongan en lugares altos sus pertenencias como medida de precaución, pero no hay razón para el pánico", dijo la jefa del Gobierno en rueda de prensa antes de anunciar el estado de desastre.
Bangkok, urbe en la que habitan más de diez millones de personas, se asemeja a una isla sitiada por el agua de color pardo que arrastra basura y también productos químicos de las fábricas y negocios que han quedado inundadas.
EFE