(EFE).- La Orquesta Juvenil de Caracas, una de las que forman parte del Sistema Nacional de Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela, dio hoy un concierto en el Teatro Nacional de Pekín, donde sus músicos de entre 14 y 22 años mostraron su virtuosismo lo mismo interpretando dramáticas partituras de Shostakovich que alegres mambos caribeños.
Ante un público entre el que se encontraba buena parte de la comunidad latinoamericana de Pekín, los casi 200 jóvenes caraqueños interpretaron la sinfonía número 10 del compositor ruso, y la tercera de Saint-Saens, ambas con una enorme fuerza visual y bajo la batuta del prometedor maestro Dietrich Paredes.
En los bises, los jóvenes intérpretes cambiaron sus atuendos “serios” por las famosas sudaderas con la bandera nacional venezolana y culminaron con ritmos tropicales y más alegres un concierto que duró cerca de tres horas, y en el que el público no escatimó en aplausos y vítores.
No es la primera vez que el sistema de orquestas juveniles venezolanas actúa en China, ya que en diciembre de 2008 el mismo Teatro Nacional acogió la Orquesta Sinfónica de la Juventud Venezolana Simón Bolívar, con el célebre Gustavo Dudamel a la cabeza.
El Sistema Nacional de Orquestas Juveniles e Infantiles, fundado por Antonio Abreu hace más de 30 años, es un programa de formación de músicos que ha ayudado a educar a cerca de 300.000 niños venezolanos, muchos de ellos procedentes de familias pobres.
El sistema ha recibido varios galardones internacionales, entre ellos el Premio Internacional de Música de la UNESCO en 1994 y el Príncipe de Asturias de las Artes 2008.
