Señaló que en los barrios la actitud frente a la inseguridad se ha vuelto fatalista, y es "una especie de aceptar tu destino". El problema, según el experto, es que la situación ha llevado a los jóvenes a vivir solamente en el presente pues aceptan que pueden morir "en cualquier momento".
Carmen Alicia Tse Kwan, psicóloga especialista en terapia familiar, aseguró que la violencia en la calle ha generado padres sobreprotectores e hijos rebeldes y oposicionistas que reaccionan ante un ambiente muy inflexible.
"Tiene que haber mucha comunicación, asertiva, clara y precisa", manifestó. En la adolescencia los hijos tienen la necesidad de salir en la noche pues viven su transición hacia la adultez y por eso no se les debe prohibir, pero sí se pueden negociar reglas, añadió.
"Las normas en la casa no tienen que ser excesivamente rígidas, se pueden discutir y hacer que el hijo se sienta partícipe de la dinámica familiar", expresó.