(EFE).- Las empresas privadas que invierten en la extracción de oro en Brasil destinarán cerca de 2.400 millones de dólares en los próximos cuatro años a sus proyectos, según informó hoy el diario O Globo, que cita datos oficiales.
Este volumen de inversiones triplica los cálculos previstos anteriormente para el período y podrían contribuir a duplicar la producción del metal precioso, que ahora se sitúa en 62 toneladas por año.
Esa cifra coloca a Brasil como el decimotercer país extractor de oro, muy por debajo de las potencias mundiales, que son China (341 toneladas por año), Australia (259 toneladas), Estados Unidos (240 toneladas) y Sudáfrica (192 toneladas).
El Departamento Nacional de Producción Mineral acaba de conceder 1.270 autorizaciones a empresas mineras para explorar en la búsqueda del metal precioso y está analizando otras 1.173 solicitudes de este tipo, según el rotativo, que calificó el aumento de pedidos como “una nueva carrera del oro”.
Actualmente existen en Brasil 2.819 explotaciones legales en actividad, según O Globo, aunque la mayor parte de la producción se concentra en unas pocas minas controladas por mineras extranjeras.
La mayor mina de oro del país está localizada en Paracatú (Minas Gerais), en el centro del país, y está controlada por la canadiense Kinross.
En los últimos cinco años se ha triplicado la producción de esta mina hasta las 15 toneladas anuales, lo que ha exigido un gran esfuerzo tecnológico, porque Paracatú es una de las explotaciones con un índice de pureza más bajo del mundo, de 0,4 gramos de oro por tonelada de roca.
Brasil solo utiliza el 12 por ciento de su capacidad de producción, que podría alcanzar las 503 toneladas de oro por año, teniendo en cuenta las reservas probadas del país, que toman como cálculo 1.300 toneladas de roca con oro con una pureza media de 2,57 gramos, según la misma fuente.