El presidente del PCV, Jerónimo Carrera, conversó con el diario El Tiempo, entre otras cosas de la revolución bolivariana y dejó claro “Chávez no ha sido comunista, no lo es ni lo será. Con él nunca hemos estado cerca del poder”.
A continuación es la entrevista completa que publicó el diario El Tiempo:
-Ilich Ramírez – “Carlos, El Chacal” como lo llama la prensa de derecha- afronta un nuevo juicio por terrorismo en Francia y proclama orgulloso su pertenencia al PCV. ¿Se siente ufano de tener a un militante como ese?
-La palabra ufano no es la más apropiada porque los partidos comunistas no se ufanan de ningún militante. Lo que nos sentimos es solidarios con Ilich. Yo lo admiro mucho.
-¿Solidarios con las acciones que comandó? Él revela que causó 1 mil 500 a 2 mil muertos con sus 100 atentados, en los cuales “no más” de 200 fueron víctimas civiles.
-Ilich resultaría “un niño de pecho” comparado, por ejemplo, con Harry Truman, el presidente de los Estados Unidos que en Hiroshima y Nagasaki causó no menos de un millón de muertos, y con los causados por el actual presidente Barack Obama en varios países del mundo, igual como lo han hecho todos los presidentes de EE.UU.
-Ilich Ramírez postula que “El PCV tiene que ser el vigía de la integridad de la revolución para que no haya derivas”. ¿Siente que ese es verdaderamente el papel del partido?
-Los comunistas andamos con la frente en alto, porque ningún otro partido venezolano tiene un historial tan meritorio como el PCV.
-La pregunta no es si se siente orgulloso o no de la historia protagonizada por ustedes, sino si se sienten una especie de guía espiritual de la revolución bolivariana.
-El PCV no se considera gurú ni nada parecido sino, simplemente, un partido marxista-leninista como no ha habido otro en Venezuela.
-Voces de izquierda señalan desviaciones importantes ideológicas y de otro tipo como el surgimiento de lo que la oposición llama “ boliburguesía”. ¿La revolución bolivariana está desviada?
-No puedo hablar a nombre de la así bautizada revolución bolivariana. Lo que sí puedo asegurarle es que en el PCV no hay nuevos ni viejos ricos. No los toleramos, y ellos mismos -en casos singulares de ambiciones personales – abandonan la organización “saltando la talanquera”.
-¿Resiente que el presidente Chávez pareciera prestar oídos sordos a los planteamientos públicos que le hace el PCV?
-Los comunistas venezolanos nunca hemos tomado en cuenta “la sordera” que, respecto a nuestras ideas y propuestas, han tenido siempre los gobernantes de Venezuela.
-Pero ustedes sienten a este gobierno como suyo.
Ja,ja. Claro que no. No sé de dónde pueda surgir tan descabellada idea, puesto que el único gobierno que podremos sentir como nuestro será un gobierno de la clase obrera, en alianza, naturalmente, con sectores del campesinado y de la intelectualidad.
-Pero se sienten amigos de este gobierno más que de todos los anteriores. ¿Me equivoco?
-Claro que te equivocas desde el punto de vista histórico, ya que en Venezuela los comunistas hemos entrado en alianzas de mayor o menor precisión con gobiernos como los de Medina Angarita, Larrazábal y Caldera II.
-¿Se sintieron ustedes más representados con el gobierno de Caldera II de lo que lo son con Chávez?
-Es difícil precisar el grado de representación al respecto, pues son gobiernos caracterizados por su oscilante respuesta a los problemas y eso nos lleva a darles también respaldos oscilantes.
-Dice usted que la alianza con el gobierno de la revolución bolivariana tiene mayor o menor precisión. ¿Por qué esta ambigüedad de los comunistas para apoyarlo frontalmente?
-La ambigüedad no surge de nosotros sino que debemos atribuirla al hecho de ser gobiernos que dependen en mucho para sus decisiones de las que emanan del Departamento de Estado de los EE UU, sin que esto implique que esos gobiernos nuestros estén siempre enteramente sometidos a Washington.
-¿Quiere decir que, aunque sea en un porcentaje ínfimo, el gobierno de Hugo Chávez es vasallo del gobierno norteamericano?
-La palabra vasallo no es la más apropiada en este caso, pero es algo evidente que la casi totalidad de los gobernantes actuales provienen de las filas de gobiernos anteriores, cosa que es difícil de explicar. En las grandes revoluciones nunca se dio tal cosa. Los bolcheviques de Lenin en absoluto habían tenido algo que ver con el Zar y los guerrilleros de Fidel tampoco tenían antecedentes familiares o de ningún tipo con los batisteros. Esto es algo que no pueden decir la gran mayoría de estos revolucionarios actuales.
-El país puede sorprenderse con esta afirmación suya y creer que usted ejercita su imaginación. ¿Quiénes del gabinete de Chávez fueron también ministros en la cuarta república?
-Yo no hago política refiriéndome a individuos. Lo que sí señalo es que no veo en los dirigentes actuales ligazones con la clase obrera, y mucho menos con el PCV.
-El presidente Chávez tuvo una fuga hacia adelante en su estrategia para conformar el Gran Polo Patriótico (GPP). Cuando todos esperaban que lo integrara a la manera de la oposición -con partidos- sorprendió llamando a los movimientos sociales. Y de allí resultaron dos cosas: una, darle un cariz masivo y popular al GPP, con más de 30 mil organizaciones sociales inscritas, y por otro lado dejó en el balcón de espectadores a los partidos aliados como el PCV. ¿Se siente complacido o rencoroso con la forma como se integró el GPP?
-Ni una cosa ni la otra. Veo esto como algo muy circunstancial y estoy seguro de que no va más allá de una nueva táctica electoral.
-El secretario general del PCV, Oscar Figuera, se ha opuesto a que la Ley Orgánica del Trabajo (LOT) sea aprobada por Ley Habilitante, pues sostiene que debe ser producto de un intenso debate en la AN. El diputado de la MUD, Alfredo Ramos, sostiene que la reforma de la LOT por esta vía “es una estafa a los trabajadores”. He aquí a comunistas y derecha diciendo lo mismo.
-Estoy poco al tanto de estos finteos, que no sé si son electorales, pero me atrevo a señalar como hipótesis que los sindicatos en el mundo entero han ido perdiendo vigencia. Las grandes centrales sindicales que existían en Francia, Inglaterra y en los mismos Estados Unidos, prácticamente han desaparecido. Desde el punto de vista revolucionario me he planteado esta interrogante: ¿Revolución sin sindicatos? Es una situación distinta, que requiere respuestas apropiadas.
-¿La revolución bolivariana es esa con la que soñaba?
-Desde luego que no, pero debo aclarar que nunca he soñado con revolución alguna. Lo que sí he aprendido de los clásicos del marxismo es que la revolución proletaria a nivel mundial es algo inevitable para que la humanidad pase a una nueva fase en la cual, por cierto, desaparecerán ciertas profesiones: curas, militares y abogados. Un mundo que viva en paz no requerirá de tales profesiones.
-¿La relación de Chávez con el PCV es una separación de cuerpos o un matrimonio con problemas?
-Esa pregunta la pueden responder los abogados, que viven de esos problemas.
Por: Igor Molina
Con información El Tiempo