(AP) — Los rostros están hinchados, con la piel descolorida. Los labios de
un hombre están congelados en un rictus adusto y sus ojos están entreabiertos.
Otro parece estar dormido y el color de su piel es tan natural que casi
parece estar vivo.
El antropólogo forense Michael Simley sabe que las fotos perturbarán a
algunos, pero decidió colocarlas en internet por una razón importante:
se trata de cadáveres anónimos. A todos los hallaron en el condado de
Milwaukee, la zona más poblada de Wisconsin —hace años o incluso décadas— y de
ninguno se conoce el nombre.
Simley se desespera por dárselos:
“No es justo con esta gente que no los identifiquemos. Tienen familias,
amigos, gente que los echa de menos”, dijo el científico. “Todos merecen
ser reconocidos por lo que eran en vida. Que los entierren como Fulano
o Mengana no me parece bien”.
Los investigadores cuentan con una serie de herramientas para pedir ayuda a
la gente en la identificación de un cadáver. Muchos difunden retratos al
lápiz o modelos tridimensionales de arcilla junto con fotos de
tatuajes, joya o ropa del difunto, pero unos pocos han dado un paso más al
difundir fotos de los muertos.
Esto le ha permitido al forense de Las Vegas identificar decenas de cuerpos.
Otros profesionales parecen renuentes a adoptar la práctica, pero apoyan las
intenciones de sus colegas.
La ciberpágina de Simley todavía no ha permitido identificaciones, aunque la
abrió hace más o menos un mes. Detalla los casos de 17 cadáveres
anónimos junto con fotos de los rostros de seis adultos y un bebé.
Simley dijo que no ha habido quejas y que en algunos casos retocaron las fotos
para eliminar rastros de descomposición.
Los usuarios deben navegar a través de una serie de advertencias que
aconsejan cautela antes de poder ver las fotos. Muchas de las imágenes son
desconcertantes.
Algunos forenses dijeron que comprenden los argumentos de Simley, pero otros
consideraron que no es una táctica conveniente.
Nici Vance, antropóloga forense del estado de Oregón, dijo que jamás
difundiría públicamente las fotos de los muertos. Los retratos al lápiz son
mejores porque el artista puede omitir heridas u otras señales de violencia y
dibujar la cara con la boca y los ojos cerrados, añadió.
“Una foto puede ser bastante traumática para la familia”,
dijo Vance. “Un dibujo permite a la familia concentrarse en los rasgos en lugar
de una imagen pálida y pastosa de su ser querido”.