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martes, 3 de enero de 2012

Orinar en la calle cuesta más de 2 millones de euros a los barceloneses



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Video: La Vanguardia
El Ayuntamiento de Barcelona estudiará la posibilidad de volver a instalar en la ciudad urinarios públicos tras constatar que las denuncias por hacer las necesidades fisiológicas en la calle han crecido un 13% en los últimos seis meses y que cada año se gasta 2,2 millones en la limpieza de orines.

Así lo informa el portal web La Vanguardia, en donde manifiesta también que no se descarta estudiar la posibilidad de abrir urinarios públicos, que desaparecieron de la ciudad hace años porque no se podía garantizar un uso correcto, higiénico y seguro de los mismos, aunque ha precisado que antes deberá estudiar cómo se garantizará la higiene, según el concejal de Medio Ambiente y Servicios Urbanos, Joan Puigdollers.

A continuación el texto completo del artículo:
Puigdollers ha matizado que antes de tomar la decisión de instalar urinarios públicos en la ciudad, el consistorio tendrá que analizar el coste y su gestión, pero de momento ha hecho un llamamiento a los establecimientos de pública concurrencia para que faciliten el acceso de sus lavabos a las personas que lo soliciten, aunque no sean clientes del local. 
El concejal ha afirmado que su intención es establecer acuerdos con los locales para que no prohíban el acceso a los lavabos a los ciudadanos que lo necesiten, aunque tampoco descarta modificar las ordenanzas para que este acceso libre sea obligatorio. 
En cualquier caso, Puigdollers considera que el elevado número de personas que orina en la calle está directamente relacionado con el exceso de consumo de alcohol y ha afirmado que “en esta ciudad me parece que se consume demasiado alcohol”. 
La Guardia Urbana ha impuesto entre julio y diciembre un total de 4.061 denuncias por hacer las necesidades fisiológicas en la calle, la mayoría por orinar y algunos centenares por escupir -ninguna por defecar-, lo que significa un incremento del 12,9% en relación al mismo período del año anterior. 
Según Puigdollers, en todo el año 2011, la Guardia Urbana ha impuesto 5.491 denuncias por orinar y otras 804 por escupir. Las ordenanzas municipales sancionan con 120 euros escupir en la calle, con 180 euros orinar y con 240 euros defecar. 
“Son multas que casi siempre se cobran en el momento porque las personas no quieren que trascienda a su entorno que les han multado por eso”, ha explicado Puigdollers, que ha mostrado hoy el trabajo de uno de los equipos específicos de limpieza de orines que tiene el Ayuntamiento de Barcelona. 
Entre 16 y 22 operarios, dependiendo de la época del año, se dedican cada día en Barcelona a la limpieza de orines y lo hacen con ocho vehículos -once en verano- equipados con un dispositivo de riego de agua a presión mezclada con desodorante para erradicar los malos olores. 
Este servicio diario de limpieza de orines, que tiene un coste de 2.192.000 euros, se despliega en Ciutat Vella, Eixample y Sant Martí, que son los distritos más afectados por este comportamiento incívico, que se produce mayoritariamente de noche y de madrugada. En el resto de los distritos, el baldeo con agua a presión lo realizan los servicios de limpieza global.
El concejal de Medio Ambiente ha hecho un balance positivo de las celebraciones multitudinarias de este año en Barcelona -fiestas de verano, fiesta mayor y celebración de Nochevieja-, por la ausencia de incidentes. 
Puigdollers ha considerado que la actuación prioritaria del ayuntamiento contra los “lateros” -vendedores de cerveza callejeros- ha tenido un “efecto beneficioso no sólo sobre la seguridad sino también sobre la limpieza” de la ciudad.