ESTRASBURGO, 18 enero 2012 (AFP) – El primer ministro de Hungría,
Viktor Orban, fue comparado con el presidente venezolano, Hugo Chávez, y
con el líder cubano Fidel Castro, durante un encendido debate este
miércoles en el Parlamento Europeo, tras las polémicas leyes que aprobó
Budapest.
Orban “ha tomado el camino de Chávez, de Castro, y de todos los
regímenes totalitarios”, señaló Daniel Cohn-Bendit del partido verde
europeo.
La Eurocámara debería mandar una delegación para preguntar “porqué la
gente sin hogar, los intelectuales, los judíos” tienen miedo en
Hungría, añadió.
La mayoría de los eurodiputados fue muy crítica contra Orban, que acudió este
miércoles a la Eurocámara, con sede en Estrasburgo (Francia), para explicar sus
reformas legislativas que entre otras cosas, limitan la autonomía del Banco
Central y de la agencia de protección de datos del país.
El exmandatario belga Guy Verhofstadt, líder del partido liberal, también
fustigó a Orban por estar en el “camino incorrecto”.
Incluso, pocas horas antes el presidente de la Comisión Europea (CE), José
Manuel Barroso, anunció haber recibido una carta del mandatario húngaro en la
que le garantizó “su intención de modificar sus leyes más
controvertidas”.
Orban viajó a Estrasburgo un día después de que la CE iniciara un
procedimiento legal para castigar a Hungría con sanciones económicas,
al considerar que la reformas legislativas promovidas por su gobierno atentan
contra los principios europeos.
Según el expediente, la Comisión Europea dio un mes al gobierno de Orban para
modificar la legislación. De lo contrario, la CE amenazó con llevar a Budapest
al Tribunal Europeo de Justicia en Luxemburgo, que podrá imponer sanciones
económicas al país al borde de la quiebra financiera, sentando un precedente en
la Unión Europea.
Durante la sesión en la Eurocámara, el mandatario húngaro enumeró las
virtudes de su reforma constitucional y aseguró ser un gran defensor de “la
familia” y los “valores cristianos”.
Pero esos valores cristianos “no imperan” en esta casa,
señaló en una conferencia de prensa posterior en la que subrayó que su país no
se someterá a los dictados de sus socios europeos.
“Si sólo el FMI quiere darnos préstamos, muy bien, estaremos
satisfechos”, indicó.
La CE urge a Orban a que modifique las reformas constitucionales relativas a
los nombramientos en el Banco Central, al estatuto de los jueces y a la
autoridad húngara responsable de la protección de datos.
La UE también manifestó su preocupación por la independencia del
poder judicial, luego de que el gobierno adelantara la edad de
jubilación de los jueces de los 70 a los 62 años, lo que fue considerado como
una estrategia de Orban para librarse de magistrados incómodos para el
gobierno.
El Partido de Orban, Fidesz, obtuvo una victoria arrolladora en las
elecciones de 2010 que le dieron una mayoría de dos tercios en el Parlamento,
por lo que puede imponer sus leyes sin necesitar el apoyo de la
oposición.
El gobierno húngaro también indignó a la comunidad internacional al provocar
la salida del responsable de la Agencia Nacional de Protección de Datos y darle
al gobierno poderes para reemplazarlo.
El conflicto con Budapest podría tener repercusiones financieras
importantes en un momento en que Hungría tiene dificultades para captar
fondos en los mercados por sus elevadas tasas de interés.
La UE y el FMI suspendieron un nuevo préstamo de entre 10.000 y
20.000 millones de euros al país que sufre una grave crisis
financiera.
Y recientemente, la CE amenazó con sancionar a Hungría, que no forma
parte de la Eurozona, por no haber tomado medidas “suficientes”
para reducir su déficit público hasta dejarlo por debajo del 3% del PIB
a fines de 2012, como dicta la nueva gobernanza europea.