(EFE).- En pocas semanas desembarcarán en el Sincrotrón ALBA, el laboratorio de
luz de Cerdanyola, los primeros equipos científicos que previamente habrán
tenido que pasar una selección ante las numerosas solicitudes para hacerse con
una de las 7 líneas habilitadas en este gigante microscopio de gran
precisión.
El director científico de esta "fábrica de luz", Salvador Ferrer,
ha explicado a Efe que ya se ha conseguido luz sincrotrón en las siete líneas
experimentales de aceleradores de partículas del ALBA -de las 32 que puede
llegar a tener- mientras que la instalación de los equipos de hardware se
encuentran al 90 por ciento.
El pasado otoño se llevó a cabo la "llamada
científica" y esta misma semana ha expirado la fecha límite de presentación de
propuestas de la primera tanda, por lo que se espera que en abril llegarán los
primeros grupos de usuarios que requieren del uso de luz de sincrotrón para sus
proyectos.
En febrero, un comité internacional independiente habrá evaluado
previamente las peticiones y confeccionado un ránking según su mérito científico
para delimitar el orden de entrada en las líneas.
La instalación ALBA
-promovida por el consorcio CELLS en el parque tecnológico de Cerdanyola, que
aglutina al Gobierno español y el catalán- está formada por un acelerador lineal
y un sincrotrón que acelera los haces de electrones hasta velocidades próximas a
la de la luz (en un 99,99 %).
Los electrones son inyectados en un anillo de
almacenamiento de 270 metros de perímetro para producir una radiación
electromagnética -luz de sincrotrón- en un continuo de longitudes de ondas
(desde el infrarrojo hasta los rayos X) capaz de analizar muestras de pequeñas
dimensiones y conocer la estructura de la materia.
Las siete líneas están
especializadas y así la del grupo de biología está dedicada a la cristalografía
de proteínas, que permite ayudar a encontrar la estructura de complejos
macromoleculares biológicos, estructuras de virus o proteínas en general y del
genoma humano.
En este mismo ámbito, se inscribe la línea de microscopia
celular de rayos X, para hacer estudios de células cancerosas o células mutadas,
y la línea de difracción de bajos ángulos, que estudia macromoléculas en
solución o las estructuras de fibras.