Las acusaciones argentinas de que el Reino Unido está militarizando las aguas del Atlántico Sur son "infundadas" y "carecen de base", según una carta del embajador británico, Mark Lyall Grant, al secretario general de la ONU.
"Las acusaciones de Argentina de que se está militarizando el Atlántico Sur son infundadas y carecen de base", afirma el diplomático británico en su misiva al máximo responsable del organismo, Ban Ki-moon, a la que Efe tuvo acceso.
En la carta, que lleva fecha del 22 de febrero y tiene cinco páginas, Lyall Grant afirma también que el Gobierno británico "no tiene duda alguna de su soberanía sobre las islas Falkland (Malvinas), Georgias del Sur y Sándwich del Sur, así como de las áreas marítimas que las rodean".
El Reino Unido, que ocupa el archipiélago de las Malvinas desde 1833, y Argentina se enfrentaron en 1982 en una guerra a raíz de que tropas argentinas ocuparan las islas. La guerra, en la que murieron 255 militares británicos y más de 650 argentinos, terminó con una rendición argentina.
En la ONU el caso sobre la soberanía del archipiélago es estudiado desde 1989 por el Comité de Descolonización.
Lyall Grant se refirió asimismo en su carta a Ban a que "el principio de autodeterminación, consagrado en la Carta de la ONU, subraya" la posición del Reino Unido sobre la soberanía de esas islas, que "seguirán siendo británicas", según sus palabras.
"No habrá negociación sobre la soberanía de las Falklands hasta que sus habitantes así lo decidan", afirmó el británico.
Las tensiones entre los dos países han crecido en las últimas semanas, desde que el Gobierno de Argentina protestara ante la ONU por lo que considera una "militarización" de las islas Malvinas y el Atlántico Sur por parte del Reino Unido.
Las denuncias obedecen al envío al archipiélago del destructor de la marina británica "MS Dauntless" y la llegada del príncipe Guillermo de Inglaterra para una instrucción militar.
El Gobierno británico subraya que su presencia militar en esas islas fue "mínima" hasta la invasión argentina de hace treinta años y que solo la incrementó después de esa fecha por "la amenaza continua y directa de Argentina hacia las islas y sus habitantes".
El embajador británico, que pide a Ban Ki-moon que distribuya esta misiva en la Asamblea General de la ONU, también negó que el Gobierno de su país busque el control aéreo o marítimo del Atlántico Sur, al tiempo que acusa a Argentina de "haber intentado hacerlo mediante el decreto presidencial 256".
Igualmente niega que su país haya introducido armamento nuclear en ese área tal como acusó el Gobierno argentino y reitera que "el Reino Unido no usará ni amenazará con usar armas nucleares contra los Estados parte sin armamento nuclear en cumplimiento con el Tratado de No Proliferación Nuclear" (TNP).
"Desde que Néstor Kirchner y después Cristina Fernández asumieran el poder, Argentina se ha retirado de las discusiones (bilaterales), incluyendo, desde 2008, los programas bilaterales militares", dice la carta del diplomático, que agrega que a la última oferta de diálogo por parte de su país en 2010, "Argentina no respondió".
Agrega también que su país considera que "hay muchas oportunidades de cooperación en el Atlántico Sur", pese a que la nación suramericana "se haya retirado de la cooperación de la Comisión de Pesquería del Atlántico Sur y haya ampliado sus temporadas de pesca en esas aguas".
También señala que las autoridades argentinas "han rechazado la declaración conjunta sobre hidrocarburos" para la cooperación sobres recursos energéticos, además de haber prohibido desde 2003 los vuelos chárter hacia las islas que atraviesen por espacio aéreo argentino o aprobado leyes nacionales que penalizan a las empresas que hacen negocios en las Malvinas, entre otras medidas que califica de "preocupantes".
El Gobierno argentino aceptó oficialmente el pasado 14 de febrero la oferta de mediación de la ONU para "coordinar una solución pacífica" a ese conflicto, según indicó ese día el canciller argentino, Héctor Timerman.
"Las acusaciones de Argentina de que se está militarizando el Atlántico Sur son infundadas y carecen de base", afirma el diplomático británico en su misiva al máximo responsable del organismo, Ban Ki-moon, a la que Efe tuvo acceso.
En la carta, que lleva fecha del 22 de febrero y tiene cinco páginas, Lyall Grant afirma también que el Gobierno británico "no tiene duda alguna de su soberanía sobre las islas Falkland (Malvinas), Georgias del Sur y Sándwich del Sur, así como de las áreas marítimas que las rodean".
El Reino Unido, que ocupa el archipiélago de las Malvinas desde 1833, y Argentina se enfrentaron en 1982 en una guerra a raíz de que tropas argentinas ocuparan las islas. La guerra, en la que murieron 255 militares británicos y más de 650 argentinos, terminó con una rendición argentina.
En la ONU el caso sobre la soberanía del archipiélago es estudiado desde 1989 por el Comité de Descolonización.
Lyall Grant se refirió asimismo en su carta a Ban a que "el principio de autodeterminación, consagrado en la Carta de la ONU, subraya" la posición del Reino Unido sobre la soberanía de esas islas, que "seguirán siendo británicas", según sus palabras.
"No habrá negociación sobre la soberanía de las Falklands hasta que sus habitantes así lo decidan", afirmó el británico.
Las tensiones entre los dos países han crecido en las últimas semanas, desde que el Gobierno de Argentina protestara ante la ONU por lo que considera una "militarización" de las islas Malvinas y el Atlántico Sur por parte del Reino Unido.
Las denuncias obedecen al envío al archipiélago del destructor de la marina británica "MS Dauntless" y la llegada del príncipe Guillermo de Inglaterra para una instrucción militar.
El Gobierno británico subraya que su presencia militar en esas islas fue "mínima" hasta la invasión argentina de hace treinta años y que solo la incrementó después de esa fecha por "la amenaza continua y directa de Argentina hacia las islas y sus habitantes".
El embajador británico, que pide a Ban Ki-moon que distribuya esta misiva en la Asamblea General de la ONU, también negó que el Gobierno de su país busque el control aéreo o marítimo del Atlántico Sur, al tiempo que acusa a Argentina de "haber intentado hacerlo mediante el decreto presidencial 256".
Igualmente niega que su país haya introducido armamento nuclear en ese área tal como acusó el Gobierno argentino y reitera que "el Reino Unido no usará ni amenazará con usar armas nucleares contra los Estados parte sin armamento nuclear en cumplimiento con el Tratado de No Proliferación Nuclear" (TNP).
"Desde que Néstor Kirchner y después Cristina Fernández asumieran el poder, Argentina se ha retirado de las discusiones (bilaterales), incluyendo, desde 2008, los programas bilaterales militares", dice la carta del diplomático, que agrega que a la última oferta de diálogo por parte de su país en 2010, "Argentina no respondió".
Agrega también que su país considera que "hay muchas oportunidades de cooperación en el Atlántico Sur", pese a que la nación suramericana "se haya retirado de la cooperación de la Comisión de Pesquería del Atlántico Sur y haya ampliado sus temporadas de pesca en esas aguas".
También señala que las autoridades argentinas "han rechazado la declaración conjunta sobre hidrocarburos" para la cooperación sobres recursos energéticos, además de haber prohibido desde 2003 los vuelos chárter hacia las islas que atraviesen por espacio aéreo argentino o aprobado leyes nacionales que penalizan a las empresas que hacen negocios en las Malvinas, entre otras medidas que califica de "preocupantes".
El Gobierno argentino aceptó oficialmente el pasado 14 de febrero la oferta de mediación de la ONU para "coordinar una solución pacífica" a ese conflicto, según indicó ese día el canciller argentino, Héctor Timerman.
EFE