El Gobierno de Australia se mostró hoy confiado de seguir con su plan para establecer un paquete de tabaco sin publicidad, tras el inicio del juicio en el que las empresas tabaquera reclaman que esta ley infringe sus derechos de propiedad intelectual, informan los medios locales.
La Fiscal General, Nicola Roxon, explicó a la salida del Tribunal Superior de Camberra, donde la vista empezó ayer, que el Gobierno está confiado en defender la ley que obliga a las empresas a vender cigarrillos en cajetillas homogéneas de color verde oliva y con logotipos uniformes.
"El Gobierno está decidido a tomar esta acción porque cree que puede salvar vidas (...) y tener un impacto positivo en el presupuesto mediante la reducción de los gastos derivados de las enfermedades relacionadas con el tabaco", indicó Roxon.
La ley, que entrará en vigor en diciembre de 2012, fue aprobada por el Parlamento australiano el 21 de noviembre pasado y recibió la aprobación de la gobernadora general de Australia, Quentin Bryce, en nombre de la reina Isabel II de Inglaterra, que es la jefa de Estado de Australia.
Las compañías de cigarrillos, encabezadas por British American Tobacco (BAT), demandaron al Gobierno ante el Tribunal Superior de Camberra al considerar que la ley es inconstitucional y vulnera su propiedad intelectual utilizada para identificar sus cigarrillos sin pagar una indemnización.
Las tabaqueras han expresado que Australia se inundará de falsificaciones porque con la nueva ley será más fácil vender productos de contrabando en el mercado negro ya que todos los envoltorios de los cigarrillos serán similares.
Además de la comercialización de las cajetillas en color y logotipo uniforme, las advertencias sobre los riesgos del tabaquismo para la salud deberán ocupar el 75 por ciento de la parte frontal de los envoltorios y el 90 por ciento de la posterior.
En los años 90, Australia prohibió la publicidad del tabaco en cualquier medio de comunicación y soporte, así como el patrocinio de todo tipo de evento.
Unos 15.000 australianos mueren cada año a causa de dolencias relacionadas con el tabaquismo, un hábito que según fuentes oficiales cuesta cada año a la arcas de Estado australiano unos 31.871 millones de dólares.
El juicio es seguido de cerca por otros países como Gran Bretaña, Canadá o Nueva Zelanda que estudian medidas similares a la adoptada por Australia.
EFE