AP) — Una enfermera reconoció haber asesinado a una joven madre y secuestrado a su bebé recién nacido en una clínica infantil cerca de Houston, informaron las autoridades el miércoles.
Al parecer, la enfermera tenía la intención de adoptar al menor.
Verna McClain, de 30 años, fue acusada el miércoles formalmente del asesinato de Kala Marie Golden.
Testigos dijeron que Golden discutía con otra mujer afuera del Centro Pediátrico Northwoods el martes por la tarde, mientras sostenía a su hijo Keegan, de tres días de nacido.
La mujer disparó varias veces a Golden, le arrancó al bebé de los brazos y huyó en un vehículo Lexus de color azul o verde, dijeron testigos. La mujer moribunda se inclinó hacia el vehículo y trató de recuperar a Keegan gritando “¡My bebé”!, pero la atacante se alejó.
De acuerdo con un expediente del arresto en el condado de Montgomery, McClain admitió haber disparado contra Golden y llevarse a Keegan a la vecina demarcación de Harris, donde el bebé fue hallado posteriormente.
La declaración de McClain a los investigadores indica que ella disparó a la mujer como parte de una plan más amplio para secuestrar a cualquier niño y que Golden simplemente estuvo en el momento y lugar equivocados.
Keegan fue hallado sano y salvo el martes por la tarde. Autoridades de Servicios de Protección Infantil lo cuidaban en forma temporal, pero esperaban reunirlo pronto con su padre.
Al ser entrevistado por el canal de televisión KHOU de Hosuton, Keith Schuchardt, padre de Keegan dijo que extrañará a Golden.
“Ella era dulce y agradable. La amaba y ella me amaba”, dijo Schuchardt
Las autoridades no han informado dónde encontraron a Keegan, pero detuvieron a una persona de interés en el caso el martes por la noche. No se sabe si esta persona es McClain o si ella fue detenida durante un operativo en un complejo de apartamentos.
Documentos judiciales mostraron que McClain vive en Houston. La mujer no trabaja en la clínica infantil, aseguró una recepcionista.
Linda Golden, madre de la mujer muerta, dijo a la AP que ella estaba cuidando a otro hijo de Kala cuando alguien le llamó a su celular con el teléfono de su hija para decirle que acudiera al lugar del asesinato.