Un religioso y un médico, actualmente fallecidos, son sospechosos de haber matado en los años 1950 en Holanda a 37 niños de un internado católico para menores discapacitados, anunció este jueves la fiscalía.
"Bajo la responsabilidad del padre Andreas y del médico de la institución, 37 muchachos murieron entre 1952 y 1954, probablemente víctimas de crímenes", declaró a la AFP Eugène Baak, portavoz de la fiscalía de Roermond.
El internado se encontraba en la localidad de Heel, en el sureste del país.
Los dos sospechosos ya murieron y los hechos han prescrito, puntualizó la fiscalía.
"Si hubieran estado vivos, la fiscalía habría investigado a fondo su responsabilidad en la muerte de los 37 niños", destacó Baak.
El padre Andreas, fallecido en 1996, estaba encargado de la atención a los niños del edificio Gerardus, donde se encontraban 19 de las 37 víctimas.
El religioso, que trabajaba bajo la supervisión del médico del internado, Guus Verstraelen, no estaba cualificado para atender a los niños, a los que habría administrado dosis excesivas de morfina y calmantes, según el informe.
El médico del centro, fallecido en 1982, habría ocultado los hechos a su jerarquía, calificando las muertes de los niños de "naturales".
Según varios testigos interrogados durante la investigación, el padre Andreas era apodado "padre jeringuilla". Los fallecimientos cesaron bruscamente el día de 1954 en que fue enviado a otro centro.
Según la fiscalía, los inspectores del trabajo informaron al obispado de Roermond en 1959, pero éste no hizo nada.
La fiscalía abrió la investigación en junio de 2011 tras recibir informaciones de la comisión Deetman, que indaga en Holanda los abusos sexuales cometidos en el seno de la Iglesia católica.
AFP
