Estos personas han exigido a la cantante el pago de 250.000 euros a cambio de no contar ciertos asuntos e incluso escándalos de su vida personal.
Los chantajes han surgido después de que Shakira despidiera a estos empleados, quienes algo molestos con la cantante buscan ahora sacar el máximo provecho a la situación extorsionando a la colombiana.
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