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martes, 21 de agosto de 2012

América Latina conoce su potencialidad en el mercado del libro electrónico


El pausado tránsito hacia una cultura de lectura de libros electrónicos en Latinoamérica se dinamizará con la puesta en marcha de una plataforma digital en la que actualmente trabaja el Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe (Cerlalc).

El Cerlalc, organismo de la Organización de la ONU para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) del que forman parte 21 países del continente, está "trabajando en dotar a la región de una plataforma única iberoamericana que contenga el catálogo de todas las producciones nacionales", señaló a Efe el presidente del organismo, Fernando Zapata.

La plataforma permitirá que los lectores puedan comprar en línea las obras que se producen en la región, desde publicaciones académicas hasta los apasionantes relatos que con sus plumas narran autores como Gabriel García Márquez y Mario Vargas Llosa.

A pesar de que, según señala Zapata, en América Latina no hay "una clientela adecuada para la venta de libros digitales", la industria editorial está ampliando la oferta de contenidos electrónicos en el continente.

El informe "Global Entertainment and Media Outlook: 2012-2016", de la PricewaterhouseCoopers (PWC), publicado en junio pasado, proyecta que para 2016 el gasto mundial en libros electrónicos será de 20.800 millones de dólares, lo que representará el 17,9 % del mercado total, mientras que en 2011 fue solo del 4,9 %.

Para el avance del libro electrónico, América Latina será un mercado fundamental y, por ello, la compañía estadounidense de comercio en línea y creadora del dispositivo de lectura digital Kindle, Amazon, abrirá en 2013 tiendas virtuales en Argentina, Chile y Brasil.

Un estudio de la Asociación de Editores Americanos (AAP, por sus siglas en inglés), publicado en mayo pasado, encontró que las ventas de libros electrónicos en EE.UU. aumentaron un 201,6 % de 2010 a 2011.

Los compradores latinoamericanos que en 2010 representaron ganancias para los editores estadounidenses de 427.900 dólares, en 2011 gastaron 1,3 millones, por debajo de los mercados de Europa y de Reino Unido que llegaron a los 5,8 y 7,1 millones, respectivamente, según la AAP.

Pero los países del continente no solo se han preocupado por ampliar la oferta de libros electrónicos, sino en aumentar su propia producción y esto ha permitido que, según los últimos datos de las agencias nacionales de ISBN, la región pasara de producir 6.639 en 2008 a 7.513 en 2009.

Además de los esfuerzos del mercado, Gobiernos de "países como Uruguay, Ecuador, Venezuela, Brasil, Colombia y México se han tomado muy en serio la labor de dotar a las escuelas y a los estudiantes de un dispositivo electrónico", con lo que se propicia una mejor adopción del libro digital, considera Zapata.

Sin embargo, el camino que debe recorrer una mejor inserción del libro electrónico en la región debe comenzar por el acceso a internet y la tenencia de un computador en casa, materia en la que América Latina tiene mucho que mejorar.

De acuerdo con investigaciones de la compañía de mercadeo en Internet ComScore, 118 millones de personas tienen banda ancha en la región, con lo que no alcanzan a cubrir más de la cuarta parte de la población.

A la baja disponibilidad de dispositivos de lectura y la falta de catálogos digitales se suma la reducida oferta de obras en español, en comparación con las obras en inglés.

Según muestra el estudio "Digital Europe: Diversity and Opportunity" de la compañía europea Enders Analysis, el 20 % del mercado editorial de Estados Unidos y el 11 % del Reino Unido dependía de los libros electrónicos en 2011.

El porcentaje en América Latina era del 6,1 %, en 2009, según las últimas cifras de que dispone el Cerlalc.

Consciente de sus limitaciones, el continente debe trabajar de acuerdo a sus capacidades y enfocar sus esfuerzos en la educación, ya que "por más que tengamos dispositivos a la mano, si el profesor no cumple con generar amor por la lectura, si en la casa no animan a los niños para que lean, internet no lo va a hacer", recalcó Zapata.

"La preocupación de América Latina y de otros países en desarrollo debe ser cerrar las brechas de lectura" para darle más presencia a los idiomas español y portugués en contenidos digitales y convencionales, añadió el director del Cerlalc.

Con este panorama llegarán los latinoamericanos al II Simposio Internacional del Libro Electrónico, que tendrá lugar del 11 al 14 de septiembre en México D.F., para debatir sobre los retos que deberán enfrentar conjuntamente para posicionar el mercado de los libros digitales en sus idiomas naturales.


EFE