La zona euro tiene la mirada puesta en la reunión de este jueves delBanco Central Europeo (BCE), en la que se espera que se tomen decisiones clave para salvar la moneda única y que alivien la presión sobre España e Italia. De momento, ya ha anunciado que mantiene los tipos de interés en el mínimo histórico del 0,75% y la facilidad de depósito, que es el interés con el que remunera el dinero que los bancos dejan aparcado en sus arcas, en el 0%.
Tras esta decisión, los políticos y mercados esperan con expectación las palabras del presidente del BCE, Mario Draghi, a raíz de su ya célebre frase de la semana pasada en la que afirmó que la institución hará “lo que haga falta” para preservar el euro. "Y créanme, será suficiente", advirtió.
Draghi, cuya comparecencia está prevista para las 14.30, también destacó que el elevado nivel de las primas de riesgo, en la medida en que "entorpecen el funcionamiento del canal de transmisión de la política monetaria" del BCE, caen dentro de su mandato.
Los expertos en política monetaria concuerdan en que es poco probable que el eurobanco reabra su programa de compra de deuda soberana de los países en dificultad. El BCE, sin embargo, dispone de un amplio abanico de medidas para relajar las presiones de los mercados.
Entre las medidas el Banco Central tiene en su caja de herramientas, el instituto emisor del euro puede anunciar más subastas a largo plazo, compra de activos u optar por flexibilizar las garantías que exige a los bancos para acudir a su ventanilla. Entre las opciones que se barajan también se incluye la posibilidad de reforzar el fondo permanente de rescate (Mede) con la concesión de una licencia bancaria.
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