Choquehuanca dijo, a mediados de julio, que el 21 de diciembre, cuando sea el solsticio de verano, llegaría "el fin del capitalismo y la Coca-Cola" y "el comienzo del mocochinche" (un refresco de durazno).
La desafortunada declaración generó confusión, al punto de que varias agencias noticiosas bolivianas anunciaron que el gobierno de Evo Morales había decidido expulsar a la compañía del país.
Sin embargo, un comunicado emitido por Coca-Cola aclaró que seguirá operando en territorio boliviano, como lo hace desde 1941.
"En Bolivia, Coca-Cola ha formado parte de la comunidad, generando empleos e ingresos para miles de clientes, proveedores y empleados, y ha refrescado a la gente desde 1941”.
“Además, hemos estado apoyando la educación y muchas otras iniciativas con un efecto social positivo. Al igual que la economía boliviana, nuestra empresa ha tenido un crecimiento sostenido en los últimos años y tenemos planes de continuar nuestras inversiones y nuestro crecimiento en los próximos años", explicó la empresa.
La Cancillería informó que "no existe nada oficial", y que se trató de "una descontextualización de las declaraciones de Choquehuanca.
RPP