Portugal aplicará nuevas medidas de austeridad durante 2013, por los obstáculos que tiene para cumplir sus compromisos exigidos por el rescate financiero que recibió para reducir su déficit fiscal.
El primer ministro portugués, Pedro Passos, hizo el anuncio de los próximos ajustes que implicará un aumento de las cotizaciones sociales de los trabajadores del sector privado y público.
También prevé una baja de las cotizaciones patronales para favorecer, según el Gobierno, las contrataciones de personal, cuando la tasa de desempleo es de 15 por ciento.
De acuerdo con las consideraciones del premier luso, las recientes decisiones aprobadas este jueves por el Banco Central Europeo de comprar deuda soberana a países en problemas, son insuficientes para garantizar el saneamiento de la economía.
El jefe de Gobierno adelantó, entre otras medidas, un aumento del 11 al 18 por ciento en la contribución de los trabajadores a la seguridad social, y un descenso, de 23,75% al 18 por ciento, en la que grava a las empresas. Los recortes incluyen, además, una reducción a los pagos extras del sector público, que beneficiará a los funcionarios pero no a los pensionistas, para cumplir la sentencia del Tribunal Constitucional que rechazó esas medidas por discriminatorias.
El panorama económico de Portugal mostró otra señal de deterioro al registrar un descenso trimestral del Producto Interno Bruto (PIB) de 3,3 por ciento en términos interanuales en el segundo trimestre del año.
Según analistas, la recesión vivida por esa economía y la desocupación son en gran parte consecuencia de las medidas de austeridad impuestas desde mayo de 2011 por la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional, a cambio de un plan de asistencia financiera de 78 mil millones de euros.
La disminución de la demanda interna y al debilitamiento del ritmo de crecimiento de las exportaciones, también agravan la situación.
Ante ese panorama los expertos también opinan que el gobierno portugués debe negociar una nueva ayuda o un plazo suplementario para cumplir los objetivos fijados, empezando por la reducción del déficit a 4,5 por ciento del PIB a fines de año.