Durante el programa televisivo “Servicio Público” llegó el esperado duelo catódico entre Silvio Berlusconi y el periodista Michele Santoro, considerado por ‘Il Cavaliere’ como una auténtica ‘bestia negra’ (o más bien ‘roja’ por sus simpatías con la izquierda), el cual terminó con momentos de fuerte tensión.
Santoro y Berlusconi se convirtieron oficialmente en enemigos declarados hace 11 años. Exactamente, el 18 de abril de 2002. Ese día, mientras se encontraba de visita oficial en Sofía en calidad de primer ministro tras haber vencido un año antes las elecciones, ‘Il Cavaliere’ proclamó en una conferencia de prensa un anatema contra Santoro y otros dos periodistas de la RAI (la televisión pública italiana) muy cañeros contra él, a los que acusó directamente de hacer un uso “criminal” de la ‘caja tonta’. “El deber de este Gobierno es no permitir que eso ocurra”, sentenció Berlusconi en un ataque feroz a la libertad de expresión que ha pasado a la historia como el “edicto búlgaro” y que se saldó con la salida de la RAI de los tres ‘molestos’ periodistas.
Frente a frente
Luego de 11 años los dos estaban frente a frente. La mayor parte del programa transcurrió en tono amigable, con cortesía recíproca, con muchas bromitas, ironías. Santoro y su equipo atacan a Berlusconi al colocarlo como responsable de haber arrastrado a Italia a la crisis. Y Berlusconi sacaba balones fuera y se defendía con bastante soltura.
Pero todo se puso tenso cuando salió a escena el periodista Marco Travaglio, otro de los enemigos históricos de Berlusconi.
Travaglio, subdirector del periódico ‘Il Fatto Quotidiano’ y colaborador habitual del programa de Santoro, hizo lo que hace todos los jueves en ‘Servicio Público’: se sentó en una silla y comenzó a leer una de sus típicas y demoledoras cartas, repleta de datos y de hechos, y en la que pasó revista a muchas de las impresentables amistades de Berlusconi, a las 42 chicas que asistían a sus ‘bunga-bunga’ y a cada una de las cuales paga una media de 2.500 euros al mes para ‘resarcirlas’ de la mala imagen que soportan y de las incomodidades de tener que declarar en el proceso por prostitución de menores que se sigue contra él, a las numerosas contradicciones que ‘Il Cavaliere’ ha mostrado respecto a Mario Monti…
La sorpresa de ‘Il Cavaliere’
Berlusconi se empezó a poner nervioso, pero luego pidió a Santoro que le dejara ocupar el puesto de Travaglio. Se sentó en su silla, sacó un papel y empezó a leer una carta al estilo de las Travaglio pero contra el periodista, encadenando con pelos y señales las diez condenas por difamación que le han caído al subdirector de ‘Il Fatto’. Santoro explotó y trató en varias ocasiones de interrumpir a ‘Il Cavaliere’, y aseguró que las condenas por difamación son algo normal en un periodista. Llegó incluso a decir que el ataque contra Travaglio no era justo ya que él había cumplido su parte del pacto (¡había accedido a un pacto con ‘Il Cavaliere’!) y durante el programa no se había hablado del contenido de los procesos contra Berlusconi.
Berlusconi regresó entonces a su asiento inicial, en el que se había sentado Travaglio mientras él ocupaba el puesto del periodista. Luego el clima se calmó, Berlusconi acusó a Santoro y compañía de no tener sentido del humor y el programa llegó a su fin. ‘Il Cavaliere’ se fue diciendo que se había divertido. Y con la sensación, compartida por muchos, de que había ganado el duelo.
Con información de El Mundo.es