Portela fue la última de las seis escuelas que se presentaron en la primera noche de desfiles y atravesó la llamada "pasarela del samba" casi con los primeros rayos del sol de hoy.
Alberto de Mónaco fue invitado por Portela a participar en su desfile y lo hizo con una camiseta azul, el color que identifica a la escuela, y un sombrero de ala corta de color blanco, típico de Río de Janeiro y que suelen usar los seguidores de la samba.
Animado, el príncipe se mezcló con los integrantes de la escuela, se confundió entre ellos, bailó animado y hasta cantó algunos de los estribillos de la samba, que Portela dedicó este año al popular suburbio carioca de Madureira.
Antes, había asistido a un baile en el elegante hotel Copacabana Palace, que cada año organiza una de las más tradicionales fiestas de disfraces del animado Carnaval de Río de Janeiro, a la que se presentó con un sobrio traje de color negro.
EFE