Este lunes, el Nuevo Herald señaló en su edición digital que la oposición venezolana “luce ahora débil y disgregada, en momentos en que sus diputados son presionados por el chavismo y sus decisiones parecen obedecer más a intereses particulares que a un verdadero deseo de mantener la unidad”.
Asimismo, comenta que “expertos consultados por El Nuevo Herald indicaron que la oposición venezolana, congregada bajo el paraguas de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), debe ser sometida a una profunda revisión y dejar de lado las maniobras para tratar de beneficiar solo a algunos partidos, con el objetivo de crear un verdadero frente común capaz de hacerle frente al chavismo”.
“Los cuestionamientos a la oposición se producen en momentos en que algunos de sus líderesestán siendo presionados por el chavismo con amenazas de enjuiciar a sus líderesbajo cargos de corrupción”, agrega la publicación.
A continuación el texto íntegro publicado por le medio:
La oposición venezolana, que amasó considerable fuerza en la víspera de las elecciones presidenciales del año pasado, luce ahora débil y disgregada, en momentos en que sus diputados son presionados por el chavismo —con ofertas de sobornos y amenazas de extorsión— y sus decisiones parecen obedecer más a intereses particulares que a un verdadero deseo de mantener la unidad.Expertos consultados por El Nuevo Herald indicaron que la oposición venezolana, congregada bajo el paraguas de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), debe ser sometida a una profunda revisión y dejar de lado las maniobras para tratar de beneficiar solo a algunos partidos, con el objetivo de crear un verdadero frente común capaz de hacerle frente al chavismo.“En este momento no hay una verdadera unidad dentro de la Mesa de la Unidad Democrática. Tienen que rescatarla, urgentemente, con gallardía, con valentía y con coherencia”, advirtió el analista y columnista Orlando Viera-Blanco.“No se están convocando a todos los factores políticos de la mesa. Tienen que con más horizontalidad buscarse los unos a los otros. Y al no ocurrir eso se está resquebrajando esa comunicación con lo cual también se está resquebrajando la capacidad establecer estrategias unitarias”, añadió.La plataforma de la oposición, que entró en una profunda depresión después de los resultados de las elecciones presidenciales de octubre, terminó estancándose después de los comicios regionales de diciembre, en medio de la creencia de que no está en condiciones de competir bajo un sistema electoral férreamente controlado por el chavismo.Y la pérdida de confianza del elector opositor en el liderazgo de la MUD se ha reafirmado ante la percepción de que la organización parece estar más interesada en maniobrar para preservar individuales cuotas de poder, que en luchar abiertamente contra un sistema que imposibilita que sus candidatos puedan competir bajo un sistema justo.“La oposición, después de las elecciones presidenciales, se ha venido sistemáticamente debilitando. Se debilitó aún más con las regionales y hemos visto cómo hay una oposición que no termina de tomar forma como alternativa”, comentó Diego Moya-Ocampos, analista senior para las Américas de IHS Global Insight.Algunos líderes de la posición han hablado abiertamente en contra de los grandes retos que las fuerzas democráticas del país tienen por delante, criticando el sistema electoral, denunciando el uso del sistema judicial por parte del chavismo como instrumento de persecución política y cuestionando la legalidad de una presidencia de Hugo Chávez que no tiene al mandatario al frente.Pero estos dirigentes, entre los que se encuentra el ex embajador en las Naciones Unidas Diego Arria y la diputada María Corina Machado son vistos por la MUD como extremistas y sus planteamientos son ignorados.La renuencia a incorporar a todos los actores a conformar un frente común es uno de los elementos que merma la capacidad de acción de la MUD, comentó Moya-Ocampos.“La Mesa de la Unidad Democrática sigue siendo la coalición más representativa de partidos políticos de la oposición, pero estamos viendo cómo sistemáticamente está perdiendo fuerza”, subrayó.Los cuestionamientos a la oposición se producen en momentos en que algunos de sus líderes están siendo presionados por el chavismo con amenazas de enjuiciar a sus líderes bajo cargos de corrupción.Esas amenazas parecen haber surtido efecto el martes pasado, luego de queel diputado Hernán Núñez abandonara las filas de la oposición para unirse al oficialista Partido Socialista de Venezuela (Psuv).Su homólogo en la Asamblea, el diputado opositor Julio Montoya, aseguró que Núñez saltó de bando porque estaba siendo presionado.“Le estaban aplicando un chantaje por un viejo caso judicial que él tiene en tribunales, que se lo han tenido ahí para extorsionarlo, porque él es constructor, por el tema de unas viviendas, y lo acusaron de estafa”, comentó Montoya desde la ciudad de Maracaibo.“Están presionando a todos los diputados. A todos los están buscando, a algunos nos están montando algo [alguna acusación judicial] y a otros le están ofreciendo dinero. Lo que ellos [el oficialismo] están buscando es reunir las dos terceras partes [de la Asamblea Nacional] para poder nombrar rectores del poder electoral y al contralor”, explicó.Pero la respuesta de la MUD ante estas ofensivas del oficialismo han sido bastante tímidas, precisó Montoya, quien además insistió en la necesidad de reestructurar a la agrupación.“La percepción que se tiene de la mesa es que es una organización donde los partidos políticos se reúnen para poner a candidatos y yo creo que entre un régimen como el de Chávez, autoritario y con niveles de fascismo, más que eso se necesita una dirección política que planifique, que evalúe la situación del país”, comentó Montoya.“La Mesa tiene que revisarse. La unidad venezolana no puede ser solamente para elecciones, tiene que ser una unidad de planificación de políticas de oposición. Eso, hoy, no lo tenemos”, sostuvo.Para Viera-Blanco, esa reestructuración debería incluir la introducción de mecanismos que permitan a la oposición poder incorporar realmente a los distintos sectores que la conforman.Estos se debe a la percepción de que la MUD está organizada bajo una estructura vertical, donde las decisiones terminan siendo tomadas por muy pocas personas que están en la cúpula, sostuvo.“La MUD está registrando una actitud cupular, absolutamente piramidal, jerárquica, donde las decisiones se están tomando en el seno de cuatro actores políticos, y eso obviamente crea tensiones internas”, comentó el analista.“La unidad democrática tiene que autorrevisarse y empezar a hacer un ejercicio autorreflexivo y crítico de cómo esas actitudes reiteradamente piramidales, excluyentes, cerradas, copulares, procuran de alguna manera tapar fracturas de identidad”, señaló.
Por Antonio María Delgado
Con información de El Nuevo Herald