Las remesas de dinero de emigrantes hacia España baten otro record en 2012
Cada vez más personas han hecho las maletas y abandonado el secarral de empleo en el que se ha convertido España, sumida en la crisis desde hace ya más de cinco años. La fuga de profesionales autóctonos a países con más oportunidades y la marcha de antiguos inmigrantes nacionalizados españoles han impulsado el volumen de dinero que los trabajadores enviaron a España en 2012, hasta rozar los 6.000 millones de euros, lo que supone batir el récord del año anterior. Mientras, las remesas que los extranjeros trasladan a sus países de origen se contrajeron, como consecuencia del paro y del retorno de muchos foráneos a su tierra natal, así que la diferencia entre lo enviado y lo recibido no era tan baja desde 2004.
Los españoles, en resumen, vuelven a recibir dinero de trabajadores en el exterior como consecuencia de la crisis y los extranjeros repliegan posiciones, según explican los datos que acaba de publicar el Banco de España. En concreto, el ingreso de remesas alcanzó los 5.922 millones de euros, un 3,6% más que el año pasado, debido básicamente a la pérdida de población.
“Este mayor envío de dinero refleja la mayor presencia de españoles instalados en el extranjero, mientras que la caída de las remesas hacia fuera es consecuencia de dos factores: una, de los inmigrantes que han vuelto a sus países, pero también de todos esos que se han quedado en paro y que no pueden enviar nada”, explica Francisco Pérez, catedrático de Fundamentos del Análisis Económico y director de investigación del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE).
El número de españoles que residen en el extranjero ha aumentado en medio millón desde 2009, hasta sumar 1,9 millones de personas a fecha de 1 de enero de 2013, un 6% más que un año antes, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Una parte de este aumento se debe a extranjeros que obtuvieron la nacionalidad española mientras residían en el país y ahora han regresado a su país de origen, así como las nacionalizados gracias a la Ley de Memoria Histórica, además de los españoles que han optado por buscar fortuna fuera.
Por estos mismos factores, la población extranjera bajó en España en 2012, un fenómeno que no ocurría desde 1996: el número de foráneos residentes al arrancar 2012 era de 5.736.258, unos 15.000 menos que un año antes. Este dato, junto con el latigazo del paro (el desempleo afecta al 36% de los extranjeros activos, frente al 26% del conjunto de España) explica en buena parte el descenso de las remesas de trabajadores hacia el exterior, que sumó 6.485 millones de euros. Se trata de una contracción del 10% respecto al año anterior y supone el quinto ejercicio a la baja con la excepción del leve repunte de 2011.
Con esta evolución, la diferencia entre las entradas y salidas de dinero a cuenta de trabajadores ha quedado en un déficit de 563 millones de euros, una tercera parte de la que hubo en 2011. Se trata del nivel más bajo desde 2004, cuando hubo un saldo negativo de no más de cuatro millones de euros. Ese ejercicio, hace casi ya una década, marcó un punto de inflexión en la historia migratoria española, ya que las remesas de los extranjeros instalados en el país hacia sus lugares de origen superó a los ingresos por primera vez en la historia reciente.
Fuentes de Remesas.org, que recelan de los datos del Banco de España en cuanto al dinero entrante, explican que los envíos de dinero reales han crecido, pero sobre todo debido a un efecto de “reemigración”, es decir, inmigrantes que lograron la nacionalidad española pero han dejado el país y ahora envían dinero a los familiares que permanecen en el país. “Los españoles que más se están marchando son jóvenes de alta cualificación que no envían dinero a sus familiares, hay muy poco emigrantes nacidos en España que lo hagan”, añaden desde Remesas.org. Los datos no permiten desglosar aún por nacionalidad las remesas de dinero hacia el exterior de 2012, si bien los datos del año anterior muestra una importante caída de los países latinoamericanos, que son los principales destinatarios.
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