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martes, 9 de abril de 2013

Las turbulencias de los aviones serán más fuertes por el aumento del dióxido de carbono


Reuters) – Las turbulencias en los vuelos transatlánticos serán más fuertes y frecuentes en el año 2050, a medida que vayan aumentando las emisiones de dióxido de carbono. Esto provocará que los tiempos de vuelo sean más largos, un mayor consumo de combustible y también un aumento del precio de los billetes, según un estudio de científicos británicos publicado este lunes.
La mayoría de los viajeros frecuentes de avión han sufrido alguna vez las famosas turbulencias. Pueden llegar sin aviso y están provocadas por cambios en la presión atmosférica, por frentes de aire frío o caliente o por tormentas. Las turbulencias leves sólo sacuden el aparato, pero los episodios más fuertes pueden herir a los pasajeros y causar daños estructurales a los aviones. Las reparaciones de los desperfectos sobre los aviones cuestan alrededor de 150 millones anuales a las aerolíneas.
Las turbulencias serán más fuertes y tendrán lugar más a menudo si las emisiones de dióxido de carbono se duplican para el 2050, tal y como prevé la Agencia Internacional de la Energía, según explican investigadores de las universidades de Reading y de East Anglia en un estudio publicado en Nature Climate Change.
El dióxido de carbono es uno de los más potentes gases a los que se atribuye el efecto invernadero y el cambio climático. El aumento de las emisiones aumenta la temperatura global media y sobrecalienta la parte baja de la atmósfera terrestre. Al mismo tiempo, el calentamiento también cambia la atmósfera a 10 kilómetros sobre el nivel del suelo y la hace más inestable para los aviones.
Los científicos han centrado su investigación en el corredor aéreo del Atlántico Norte -usado cada día por 600 aviones entre Europa y América del Norte- usando simulaciones por ordenador para prever los efectos del cambio climático en esta zona. Han descubierto que las probabilidades de encontrar turbulencias aumentarán entre un 40 y un 170%. La potencia de las turbulencias también aumentaría entre un 10 y un 40%.
Este aumento de las turbulencias haría los viajes en avión más incómodos y aumentaría los riesgos para el pasaje y la tripulación. Los cambios de rumbo para evitar las zonas de turbulencias también alargarán los tiempos de vuelo, aumentarán el gasto de combustible y las emisiones y provocarán más retrasos. Todo ello, finalmente, afectará a los precios de los billetes, haciéndolos más caros.