Para el director de la Centro de Investigaciones Populares, Alejandro Moreno, Venezuela padece de bandas de muchachos menores de 25 años que integran una subcultura en la que matar es poder e incluso resulta un acto placentero.
Psicólogo, filósofo y teólogo, este investigador aclaró durante una entrevista para el diario El Correo del Orinoco que el asesinato de Mónica Spear y su exesposo no fue realmente un crimen atroz a juzgar por lo que pasa en Venezuela: “Es más bien casi común”, solo “interfieren el desplazamiento de un vehículo y disparan“.
Aseguró que la motivación para el asesinato es banal entre esos grupos de jóvenes. “Han convertido la violencia en su forma de vida… y esto no se nos había presentado todavía como fenómeno grupal”.
Al preguntársele por la pena de muerte, Moreno dijo que “desgraciadamente, si preguntas si hay que aplicarla, más de 50% de los venezolanos dirá que sí”. Sin embargo, advierte que se trata de un método ineficiente que nunca ha resuelto nada.Este catedrático incluso advirtió que la impunidad en “el sistema de justicia venezolano ha enseñado a los malandros a tener un fondo por si caen presos”, para poder pagarles a las autoridades y salir.
“Es injusta porque no hay derecho a matar a nadie, sobre todo cuando se lo puede controlar. Además, no resuelve nada; de hecho, en los países donde hay pena de muerte no ha disminuido la violencia… de manera que la pena de muerte no es eficiente”, dijo a la periodista Vanessa Davies.
Moreno agregó que la pena de muerte puede servir para algo muy malo: “Descargar la venganza no solamente de aquellos que son víctimas, sino de la sociedad misma. La sociedad aprende que vengarse es lo que tienen que hacer, que vengarse es lo bueno, y eso difunde más violencia en el ánimo de la gran población, de la masa. La pena de muerte es dañina para la sociedad”.
Con información de El Correo del Orinoco