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domingo, 19 de enero de 2014

Los más malos de Hollywood

Adam Sandler


El abonado Como es costumbre cada año, una nueva película de Adam lidera las nominaciones a los temidos premios Razzie, a esta altura de la chatarra, una alfombra roja más interesante que la de los Oscar. El galardón ultra berreta que otoga la industria puso a Sandler al tope con ocho nominaciones por su comedia -¿comedia y bodrio pronto serán sinónimos?-, “Grown Ups 2” (Niños grandes 2). El film sin “e”, plis, fue deshonrado en las categorías “Peor película”, “Peor actor” (sí, Sandler), “Peor actriz” de reparto (Salma Hayek) y y “Peor elenco” (una lista de aparatos que encabeza Chris Rock). El abonado que repite nominación cada año, esta vez luchará con Johnny Depp y Ashton Kutcher. En abril se sabrá la verdad.
Se dice de mi “De los actores infravalorados del momento es el que más gana” (James Franco).
Adam SandlerExagerado como andaluz  Sus películas son un promedio entre el ritmo bobalicón y chistóntico de alguien que siempre parece estar aprendiendo la lección + una carga dramático-sentimentaloide que muestra que los sosos con carita de cordero degollado pueden quedarse con las minas que en la vida real sólo estarían con Brad Pitt, Ryan Gosling o un narcotraficante de fuste. Quienes viajan en aviones seguido saben que en algún momento terminarán viendo una infaltable comedia con Adam Sandler. A diez mil metros de altura la sensación es idéntica: con tanto chiste fácil hasta dan ganas de recopilar las viñetitas de Liniers.
Lo que se 1) “No me gusta ir a bares. No me gusta hacer cosas de celebridad. No me gusta el público en general”. 2) “No puedo estar en Las Vegas y tener dinero en el bolsillo”. 3) “Mis comedias son pasatistas, pero eso no quiere decir que la gente se vaya en la mitad”.
Lee Van Cleef
El abonado Un western sin Lee Van Cleef era una de cowboys con villanos bajas calorías. Sergio Leone, inventor del spaghetti western, lo tentó para trabajar y él, creyendo que se trataba de una trattoria napolitana, al principio se negó. Murió hace más de 20 años, fue también un pintor aficionado al que le gustaban los paisajes impresionistas y una vuelta, mientras estaba construyendo su casa, se rebanó el dedo mayor con un serrucho. Esa mutilación doméstica se convirtió en una marca registrada (igual es mejor no tener el dedo que tenerlo corto y ancho como el de Megan Fox).
Se dice de mi El actor de “El Bueno, El Feo y El Malo” tenía fama de tipo duro y pese a haber trabajado en “Mátalos, jefe, yo te ayudo” o “El día de la ira”, entre bastidores era mucho más conocido por su notable delgadez. Entre bastidores le decían “caballo de ajedrez”. ¿Por? Parece que mucho más afecto a la bebida, comía salteado.
Malo como dolor de muelas Solía quejarse debido a que a los actores que hacían de malos, según él, les pagaban menos que a los héroes. Considerado el malo malísimo perfecto, durante cuatro años estuvo al frente del Sindicato de Villanos (SV). “¡¿No se dan cuenta de que si nos pagan poco tenemos mala cara todo el tiempo y esa condición hará que nos encasillen?! Míreme bien -le dijo a un periodista-: si yo sonrío menos que Darth Vader es difícil que pueda ser tenido en cuenta para ‘La Jaula de las locas’”.
Lo que se (de la maldad) 1) ”Soy un cowboy, nena, que llega para la cena”. 2) “Los tiranos verdaderos se rodean de hombres malos porque les gusta ser adulados y saben que ningún hombre de espíritu elevado hará eso”. 3) “¿Soy malo porque no donaré mis órganos?”.
EL CLARIN