El grupo reduce su deuda en casi 1.000 millones de euros
La deuda financiera neta de El Corte Inglés ascendía a 4.736 millones de euros, en el ejercicio en el que logró pactar una refinanciación con la banca a ocho años. El año anterior el pasivo neto con las entidades era de 5.688 millones de euros, con necesidad de hacer frente a vencimienros de 2.620 millones a corto plazo. Ahora, solo tiene compromisos de 99 millones en el ejercicio 2014, de 420 millones en 2015 y 188 millones en 2016. La rebaja de deuda se debe en parte a la reordenación bancaria, a la venta de activos y a dejar de consolidar Financiera El Corte Inglés.
El nuevo contrato de financiación sindicada es por un máximo de 4.909,2 millones, con dos partes: 848,8 millones a cinco años para el circulante y deuda a largo plazo por un máximo de 4.060,4 millones y vencimiento a ocho años. A cierre de año, el saldo dispuesto era de 3.288 millones.
A cambio de la reordenación de la deuda, el grupo, según consta en la memoria financiera del 2013, se hipotecaron algunos centros comerciales, por valor total de 435,3 millones de euros. Además, se ofrecieron como garantía el 100% de las acciones de la firma de la entidad de seguros y el 49% que todavía controla en la financiera, que han quedado pignoradas hasta 2015. Además, se comprometieron a aceptar ciertos ratios máximos financieros, en base a los que calculan el dividendo, este año un 40% inferior.
La compañía recuerda en sus cuentas que este año ha realizado un cambio contable, para adaptarse a normativa internacional, que le ha llevado a reformular las cifras de 2012 para que sean comparables con las de este ejercicio, lo que ha supuesto declarar ahora un beneficio menor para el año pasado.
Ese cambo contable facilita el acceso del grupo a los mercados financieros, al igual que el fichaje de Manuel Pizarro como responsable financiero. Tras la experiencia de la emisión de bonos del año pasado por parte de Financiera El Corte Inglés, el grupo está dispuesto a acudir en mayor medida a financiación a través de emisiones. Por ahora, mira a los mercados de deuda, con el fin de ir sustituyendo la financiación bancaria por la apelación directa a los inversores de renta fija. Lo que no hay es una hoja de ruta para salir a Bolsa, aunque la adopción de las normas contables internacionales también acerque a la compañía al mercado de renta variable.
Una de las partidas que crece sustancialmente este año es la destinada a las auditorías. En total, el grupo se gasta en servicios abonados a Deloitte un total de 7,4 millones de euros (frente a los 3,8 millones de 2012) entre los 1,8 millones que paga por la verificación de las cuentas y otros 5,5 millones en servicios adicionales. Esta segunda factura es la que es cuatro veces superior, en parte porque la compañía ha revisado su sistema contable para adaptarlo a las normas internacionales, un trabajo que ha llevado a cabo esta auditora
EL PAIS
