Los candidatos de la oposición a las elecciones presidenciales del próximo domingo en Brasil aprovecharon un debate en la televisión para abrir fuego contra la presidenta Dilma Rousseff, que aspira a ser reelegida, y que centró sus ataques en la ecologista Marina Silva, su principal rival.
Los seis aspirantes opositores se turnaron en sus ataques contra Rousseff, favorita en los sondeos, y criticaron al Gobierno por asuntos como el escándalo de corrupción que envuelve a la petrolera estatal Petrobras, la crisis en el sector eléctrico, el descontrol de la inflación, la inseguridad, las altas tasas de interés y hasta la supuesta falta de inversión en las Fuerzas Armadas.
El fuego cruzado en el debate organizado por la televisión Record, con la intención de menguar 40 % de intención de voto que los últimos sondeos le dan a la mandataria, obligó a la jefe de Estado a pedir varias veces el derecho a respuesta, y a usar sus intervenciones para defenderse de acusaciones que habían quedado en el aire.
Pero la necesidad de defenderse no impidió que la presidenta lanzara una fuerte crítica a Marina Silva, que hasta hace pocos días aparecía como favorita para vencer en estas elecciones, y a quien le exigió “coherencia”.
“Usted cambió de partido cuatro veces. Cambió de opinión sobre asuntos fundamentales para el país, como el matrimonio entre personas del mismo sexo, que su programa de Gobierno inicialmente apoyaba y pasó a rechazar”, atacó la mandataria.
“Actitudes como esas generan inseguridad, y gobernar Brasil exige coherencia y posiciones claras”, agregó la jefe de Estado al adoptar un discurso que viene usando el oficialista Partido de los Trabajadores (PT) para resaltar las contradicciones de la ecologista, y que al parecer viene dando resultados y erosionando el apoyo que la exsenadora y exministra de Medio Ambiente tiene en los sondeos.
Según coinciden las últimas encuestas, Rousseff ganará las elecciones del domingo, pero no llegará a superar el 50 % de los votos, por lo que deberá disputar una segunda vuelta frente a Marina Silva el próximo 26 de octubre.
En esa eventual segunda vuelta, según el último sondeo, Rousseff sería reelegida con un 47 % de los votos, contra 43 % de Silva.
En su intento por seguir reduciendo el apoyo de la ecologista, Rousseff también citó sus incoherencias al decir que había votado en favor de un impuesto para financiar la salud, cuando en realidad lo rechazó, y por decir que reduciría el crédito de los bancos públicos antes de desdecirse.
“No se puede tomar una posición hoy y cambiarla mañana. No se puede tener dos pesos y dos medidas”, insistió la mandataria, que dedicó más tiempo para defenderse de los ataques que para presentar sus propuestas.
Uno de los más duros críticos de Rousseff fue el senador socialdemócrata Aecio Neves, tercero en las encuestas, y que insistió en respuestas a los escándalos de Petrobras y hasta acusó a la gobernante de defender el diálogo con terroristas.
“Rousseff protagonizó uno de los más tristes episodios en la historia de la política externa brasileña, al acudir esta semana a la ONU para hacer elogios de su Gobierno y proponer un diálogo con el Estado Islámico, que está decapitando personas”, afirmó en una de sus intervenciones, y al destacar el rechazo de la mandataria a la alianza de varios países para bombardear a los yidahistas en Siria.
Neves también criticó a la mandataria por haber invertido en plantas eólicas, que no se pueden aprovechar por falta de líneas de transmisión.
“Nuestras empresas (estatales) fueron tomadas por un grupo político que las usa para mantenerse en el poder. A cada debate hay una denuncia nueva contra Petrobras. Es eso que hay que cambiar en Brasil”, dijo el socialdemócrata, quien negó que tenga planes para privatizar la petrolera. “Quiero, por el contrario, reestatizarla y retirarla de las manos de un grupo que la tomó y hace negocios con ella hace 12 años”, dijo.
Silva, por su parte, criticó la política del Gobierno para el sector de etanol que, aseguró, provocó el cierre de 70 plantas y la pérdida de 60.000 empleos
En el debate también participaron cuatro candidatos cuyas intenciones de voto no llegan al 1 %: la izquierdista Luciana Genro, el verde Eduardo Jorge, el socialcristiano Everaldo Pereira y el derechista Levy Fidelix.
Este último provocó risas en el auditorio al asegurar que el Gobierno no invertía en las Fuerzas Armadas para facilitar en el futuro una invasión de los “países bolivarianos”, y que Rousseff financiaba la revolución cubana mediante la contratación de médicos de ese país, y al pronunciarse de forma radical y hasta grosera contra el matrimonio entre homosexuales.