El ministro de Energía y Minas, Eleodoro Mayorga, afirmó que la llegada de los primeros lotes de tuberías para el Gasoducto Sur Peruano (GSP) hasta la zona de Camisea, en Cusco, hacen realidad este megaproyecto energético.
El funcionario llegó al campamento del GSP, próximo al centro poblado de Ticumpinía, distrito de Echarati, provincia de La Convención, Cusco, acompañando al presidente Ollanta Humala, en una visita de inspección a la zona donde se desarrollan los trabajos preconstructivos de esta obra.
“Ver la realidad del GSP es una gran satisfacción, es el comienzo, por ello hay que prepararse para la era del gas, es una responsabilidad que compartimos desde el MEM con los gobiernos regionales y municipalidades, para impulsar la cultura del gas entre la población”, señaló.
Mayorga afirmó que esta es la obra más importante de este gobierno, la cual se inicia en la región que ha esperado por más tiempo el gas. "Hoy estamos contentos de decirles que aquí están los tubos que van a transportar ese gas”, agregó.
Subrayó que, aún cuando ya está en marcha este proyecto, la región del Cusco no tendrá que esperar a que se termine la construcción del GSP para contar con gas natural, pues el gobierno ya trabaja en la masificación del gas a través del “gasoducto virtual”.
“En muy poco tiempo, en dos o tres años, hacia el 2017, Cusco va a tener gas y generación de electricidad propia, y podrá emerger hacia la industrialización. Esto beneficiará al sur y al Perú. Vamos a comenzar llevando gas en camiones a las ciudades, creando la red de distribución hasta que esté listo y se conecte el Gasoducto”, explicó.
En Ticumpinía se encuentra un campamento que ya cuenta con desembarcadero fluvial para descarga de equipos y tuberías, instalaciones para oficinas, alojamiento, talleres mecánicos, zona de acopios para tuberías, entre otras instalaciones logísticas.
Hasta la fecha, el consorcio integrado por Odebrecht y Enagás ha invertido cerca de US$ 400 millones en labores preconstructivas (ingeniería de proyecto, acopios, campamentos, mejoramiento, ensanchamiento y reforzamiento de vías de acceso, etc), así como en la compra de los primeros lotes de tuberías y la logística necesaria para su traslado hasta la zona de Malvinas.
La obra, señaló Mayorga, demandará una inversión total de US$ 7,328 millones a lo largo de 34 años. De este monto, US$ 4,200 millones, aproximadamente, se destinarán para la construcción del proyecto, que se realizará en los próximos 4 años.
Durante la etapa de construcción, la obra generará más de 6 mil empleos directos (ingenieros, obreros, operadores de maquinaria, soldadores, personal administrativo, etc) y más de 25 mil empleos indirectos.
Asimismo, la participación de diversas entidades del Estado y de los municipios es importante, pues la concesionaria tendrá que tramitar más de 4,100 permisos durante la etapa de construcción, para poder realizar la obra.
El proyecto del GSP articula y permite, asimismo, otros proyectos energéticos necesarios para el país como el Nodo Energético de Ilo y Mollendo (ya adjudicado) y la central térmica de Quillabamba (por licitar), así como la futura industria petroquímica.