(Damasco, 11 de marzo. AFP).- Siria es escenario desde el 15 de marzo de 2011 de un conflicto desencadenado por una revuelta pacífica, que se transformó en una insurrección armada contra la represión desatada por el régimen de Bashar al Asad.
El conflicto ha ido ganando complejidad con el aumento del poder de los yihadistas, que se han convertido en la mayoría de las regiones en enemigos de los rebeldes moderados a pesar de que también combaten al régimen.
Más de 210.000 personas han perdido la vida desde 2011 y ya hay más de 10 millones de desplazados y refugiados.
2011, revuelta y represión
15 de marzo: Inicio de unas protestas sin precedentes en el país, gobernado con mano de hierro desde hace 40 años por la familia Al Asad.
El movimiento obedece a una llamada a la manifestación para “una Siria sin tiranía, sin ley de urgencia (desde 1963) y sin tribunales de excepción”. Pequeñas manifestaciones reclamando reformas políticas son violentamente reprimidas en Damasco.
El movimiento cobra fuerza en Deraa, al sur de Damasco, tras el arresto y la tortura de estudiantes sospechosos de haber escrito lemas contra el régimen en las paredes de la ciudad.
Washington, París y Londres condenan la “violenta represión de los manifestantes”. El gobierno denuncia una “rebelión armada de grupos salafistas”.
En abril, la contestación se radicaliza con llamadas a la caída del régimen, y se expande geográficamente.
2012, guerra total
17 de julio: El Ejército Sirio Libre (ESL), compuesto por civiles que se han unido a la rebelión, dirigido por desertores, emprende la batalla en Damasco. Desde entonces, el gobierno controla firmemente la capital, mientras que los rebeldes toman posiciones alrededor.
El 20 de julio, los rebeldes emprenden la batalla de Alepo (en el norte), que queda dividido en zonas controladas por los rebeldes en el este y otras controladas por el régimen en el oeste.
En agosto entra en acción de forma masiva el armamento pesado, incluyendo los aviones bombarderos del ejército. A partir de 2013, los helicópteros del régimen arrojan barriles llenos de explosivos sobre los sectores rebeldes.
2013, armas químicas
5 de junio: El régimen y su potente aliado el Hezbolá chiita libanés recuperan la ciudad clave de Quseir de manos de los rebeldes, cerca de la frontera con Líbano. Esta batalla acentuará las tensiones religiosas: mientras que el régimen está dominado por la minoría alauita, una rama del chiismo, los sunitas son mayoritarios en Siria. Los insurgentes perderán a continuación numerosos bastiones.
21 de agosto: Ataque a dos zonas controladas por los rebeldes cerca de Damasco. El régimen es acusado de haber utilizado gas sarín (1.400 muertos, según Washington). En septiembre, un acuerdo entre Rusia y Estado Unidos sobre el desmantelamiento del arsenal químico sirio descarta in extremis la amenaza de una intervención estadounidense, barajada desde que ocurriera el ataque químico.
2014, auge yihadista
El grupo yihadista Estado Islámico (EI), que apareció en el conflicto sirio en 2013, aumenta rápidamente su potencia y se instala en extensas regiones del noreste, eclipsando la rebelión contra el régimen. El EI hace de Raqqa la “capital” de su califato, proclamado a finales de junio en los territorios conquistados en Irak y Siria, e impone una interpretación extrema del islam. El grupo ha reivindicado numerosas ejecuciones, incluidos rehenes occidentales, en videos muy mediatizados.
El 23 de septiembre, una coalición internacional liderada por Estados Unidos empieza a bombardear por aire posiciones de grupos yihadistas, como el EI y también el Frente al Nusra, filial siria de Al Qaida.
2015, recuperación de Kobane
26 de enero: El EI es expulsado de Kobane, ciudad fronteriza con Turquía, tras más de cuatro meses de violentos combates de las fuerzas kurdas con el apoyo de la coalición internacional antiyihadista liderada por Estados Unidos.
Febrero: El Hezbolá, oficiales iraníes y el ejército sirio se apoderan de puestos estratégicos en los límites de la línea ocupada por Israel, en lo que es su mayor ofensiva en el sur.