La Providencia 011 del Centro Nacional de Comercio Exterior (Cencoex) publicada en la Gaceta Oficial 40.639 del 9 de abril —difundida al día siguiente— solo autoriza como operadores cambiarios a la banca pública. Esto, deja por fuera a casi 5 millones de tarjetahabientes del sector privado que deben migrar de sus instituciones financieras si quieren tener acceso a los cupos viajeros y electrónicos.
El economista y presidente de la firma consultora Armistuño, Herrera & Asociados, César Armistuño, precisó que en el país existen aproximadamente 7 millones de tenedores de tarjetas de crédito, de los cuales 4,5 están afiliados a bancos privados (64,3%). Por su parte, el director de Softline Consultores, José Grasso Vecchio, explicó a El Universal que hay 11 millones de tarjetas en todo el territorio nacional repartidas en alrededor de 7 millones de venezolanos, considerando que algunos titulares poseen hasta dos de estos productos.
Grasso puntualizó que de esta cifra cerca de un millón no aplica para utilizarla en el exterior, mientras que 1,2 millones pertenecen a la banca pública. Por lo tanto, 4,8 millones es la cantidad de personas que poseen tarjetas de bancos privados y podrían cambiar de operador cambiario (68,6%).
De acuerdo con el Censo de 2011, en Venezuela hay 18.290.474 mayores de edad, uno de los requisitos para optar por una tarjeta de crédito. Tomando en cuenta la información anterior, la cantidad de afectados por la medida que entró en vigencia el pasado viernes rondaría entre 24,6 y 26,2% de venezolanos.
Cambio de banco
La migración de una entidad privada a una pública dependerá, a juicio de Armistuño, de cómo funcione el proceso de asignación de divisas con la nueva resolución, de forma que “los viajeros puedan sentir que está fluyendo normalmente a través de la banca pública”. Asimismo, comentó que no cree que esta migración se dé de manera inmediata, sino que será algo progresivo a medida que se demuestre la “efectividad” del nuevo sistema.
“No todo el mundo cambiará de operador. Calculamos que unas 2,5 a 2,8 millones de personas estarían dispuestas buscar alternativas para obtener las divisas”.
Impacto privado
Uno de los temas que el presidente de la firma consultora Armistuño, Herrera & Asociados considera importante es el impacto que esta providencia tendrá en la banca privada, ya que esta tiene “un poco más” de dos tercios del total de financiamientos de tarjetas de crédito.
En el portal web de Banca y Negocios, de la cual Armistuño es director, explican que del total de créditos al consumo de la banca venezolana (Bs.269.270 millones) 86% está destinado al financiamiento de tarjetas de crédito (Bs.230.919,4 millones). De esta última cifra, 73% lo contabiliza la banca privada (Bs.168.286 millones).
“Si bien es cierto que la banca privada tiene 73% del financiamiento de las tarjetas de crédito, estamos hablando de un número considerable de instituciones privadas, aproximadamente 25. Mientras que en el caso de la banca pública (27%) solo hablamos de tres instituciones grandes que pudieran dar este servicio, como el Banco de Venezuela, Bicentenario y Del Tesoro. En un año, la banca privada pudiese llegar a perder 10% del mercado de financiamientos de tarjetas de crédito, tomando en consideración que ahora el único ente cambiario que existe para los cupos al exterior y electrónicos es la banca pública”