El partido de vuelta de los octavos de final de la Copa Libertadores en la Bombonera entre Boca Juniors y River Plate fue suspendido tras una hora y 13 minutos de caos por el ataque de fanáticos a jugadores del club visitante con una sustancia irritante que la prensa local garantiza ser gas pimienta.
Las escenas dramáticas, la confusión dentro de la cancha, que generó ásperos enfrentamientos entre el presidente de River Plate, Rodolfo D'Onofrio, y el técnico de Boca, Rodolfo Arruabarrena; así como la tensión en las tribunas contribuyó a construir la imagen de un encuentro que hoy es denominado 'el partido de la vergüenza".
Dos horas y 15 minutos en la cancha tuvieron que pasar para que River se vayapor el vestuario del árbitro. Antes quisieron irse, pero le cayó una lluvia de 'botellazos'. Los jugadores de Boca ni se inmutaron en acompañar a los jugadores 'millonarios' y se quedaron en la cancha para despedirse de su público. Una vergüenza.