El representante especial de la ONU para Libia condenó la escalada de violencia en la ciudad de Benghazi, al este del país, y pidió a las partes enfrentadas poner fin a las hostilidades inmediatamente.
En un comunicado, Bernardino León reiteró que no hay una solución militar posible para Libia y urgió a encontrar una salida política a la crisis.
León señaló que los civiles son quienes más sufren con los enfrentamientos y repudió los bombardeos repetidos de las áreas residenciales de Benghazi, que han dejado al menos una decena de muertos y numerosos heridos en los últimos días.
Los combates en Libia, además, han provocado el desplazamiento de más de 430.000 personas.
León se refirió a los avances del diálogo político entre varias partes de la crisis en Libia y consideró que la población de Benghazi merece la paz que buscan esas conversaciones.
"La gran mayoría del pueblo libio quiere un fin inmediato del conflicto", afirmó.
Finalmente, el enviado de la ONU recordó a las partes que los ataques indiscriminados contra civiles pueden constituir crímenes de guerra y están estrictamente prohibidos por las leyes internacionales.
