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martes, 29 de septiembre de 2015

La planta de Seat que produce el Audi Q3, afectada también por el escándalo

Pasan los días y Seat no concreta el número de vehículos de la marca afectados por la crisis de los motores diésel. Pero el anunció de Audi este lunes, que reconoció que tiene 2,1 millones de coches montados con el propulsor manipulado, afecta de lleno a las instalaciones de Seat en Martorell, epicentro de la producción del Audi Q3 -uno de los modelos afectados- para el mercado europeo. Desde que empezó su fabricación en 2011, se han ensamblado en la fábrica barcelonesa 343.281 unidades del todocamino con diferentes motorizaciones, además de construirse los chasis que después se envían a India y Brasil. En China hay otra planta que produce también íntegramente el modelo para el mercado 
asiático.
Hasta que se concrete el número de unidades afectadas del Q3, la plantilla espera que Seat le comunique la afectación total de la marca, que tiene a sus modelos León, Ibiza, Alhambra, Exeo y Altea (esos dos últimos ya no se producen) entre los afectados.El Q3 era hasta ahora una de las muestras de orgullo de la dirección de la marca española. Consideraba que la elección de las instalaciones de Martorell para fabricarlo suponía admitir que éstas garantizaban un escalón superior de calidad y, además, ofrecían carga de trabajo y empleo. Ese encargo no fue gratuito: Volkswagen lo condicionó a un compromiso de la plantilla de mayor flexibilidad laboral y una congelación salarial temporal, elementos que acabaron rompiendo la unidad de acción sindical, con UGT favorable a la negociación y CC OO denunciando una suerte de chantaje.
Manos Limpias se ha querellado contra los presidentes de Volkswagen Audi España, Francisco Pérez Botello, de Volkswagen Navarra, Emilio Sáenz, y de Seat, Jürgen Stackmann, por presuntos delitos de estafa, contra el medio ambiente, falsificación documental, fraude y delito contra la Hacienda Pública.Facua-Consumidores en Acción anunció ayer que prepara denuncias contra las diferentes marcas de Volkswagen. La organización ha logrado aglutinar a 5.145 propietarios de vehículos Volkswagen, Audi, Skoda y Seat con motores diésel y los ha empezado a asesorar para que puedan reclamar ante cada una de las marcas. Pero, en paralelo, prevé presentar una batería de denuncias contras las administraciones competentes para que estas impongan "multas proporcionales a la gravedad del fraude", al tener en cuenta que no solo se ha engañado a los compradores sino que el trucaje de los motores ha supuesto una mayor emisión de gases contaminantes a la atmósfera.