El Secretario General y el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas hicieron un llamamiento este martes para un cese inmediato de la violencia en la República Centroafricana, donde los últimos ataques han causado ya más de 30 muertos y 100 heridos.
En un comunicado emitido por su portavoz, Ban Ki-moon condenó enérgicamente el recrudecimiento de la violencia, desatada por el asesinato de un joven taxista musulmán la semana pasada en la capital.
La Oficina de la ONU para los Derechos Humanos advirtió que como consecuencia de las represalias, miles de personas han huido de la zona, buscando refugio con familias de acogida y en campamentos de desplazados. Muchas casas han sido quemadas y saqueadas.
En conferencia de prensa en Ginebra, el portavoz del Alto Comisionado, Rupert Colville, hizo una valoración de la gravedad de la situación.
"Esto puedo ser catastrófico para la República Centroafricana. Las cifras del desplazamiento cuentan la historia: más personas se ven obligadas a huir y hay tiroteos en la capital".
El Titular de la ONU también expresó su preocupación por la fuga esta mañana de 500 prisioneros de una cárcel en Bangui y la consiguiente amenaza para los civiles y la seguridad.
Ban y los miembros del Consejo de Seguridad pidieron a las autoridades que hagan todo lo posible para prevenir la violencia y asegurarse de que los culpables son llevados ante la justicia.