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miércoles, 9 de marzo de 2016

Oklahoma anuncia plan para reducir terremotos asociados al "fracking"

El estado de Oklahoma de EEUU anunció esta semana un plan de medidas para reducir el elevado número de terremotos que ha registrado en los últimos años y que parecen estar asociados al empleo masivo de la técnica de fracturación hidráulica o "fracking" para extraer petróleo y gas de esquisto.
El nuevo programa, que ahonda las regulaciones anunciadas a comienzo de año por la Oklahoma Corporation Commission (OCC), exigirá que se reduzca a partir de ahora el volumen de inyecciones de aguas residuales un 40 % en 400 pozos del estado respecto a las cifras de 2015.
"El plan de reducción del centro de Oklahoma cubre un área donde hemos llevado numerosas y localizadas acciones en los últimos doce meses, como las Cushing, Crescent y Edmond", explicó Tim Baker, director de la división de petróleo y gas de la OCC en un comunicado.
Se trata de un área que cubre 13.000 kilómetros cuadrados.
Baker señaló que estas nuevas exigencias suponen "una reducción de los más de 300.000 barriles diarios que se inyectaron en 2015" y buscan ser una iniciativa para adelantarse a la actividad sísmica.
Un reporte del Servicio Geológico de EE.UU. (USGS) de 2015 advirtió que la actividad sísmica inducida ha aumentado notablemente en EE.UU. desde 2009, especialmente en el centro del país, por el auge del uso de la fracturación hidráulica.
Oklahoma es el principal afectado por esta alza en la actividad sísmica; seguido de Texas, Kansas, Colorado, Nuevo México y Ohio, que en los últimos años han registrado sismos con más frecuencia de lo habitual.
En 2010, Oklahoma registró tres terremotos superiores a la magnitud 3 en la escala de Richter, mientras que en 2015 registró 907.
En febrero, este estado del centro de EE.UU., y donde se concentra un gran número de pozos de "fracking", sufrió el tercer sismo de mayor magnitud de su historia, de magnitud 5,1 en la escala Richter.
El auge de la fracturación hidráulica se encuentra detrás del "boom" energético en EE.UU., cuya producción nacional se ha disparado en los últimos años gracias a esta técnica que permite el acceso a bolsas de petróleo y gas a las que anteriormente no era posible llegar.
Esta polémica técnica de extracción inyecta en el subsuelo una mezcla de agua y productos químicos a altas presiones para romper las rocas porosas que almacenan los combustibles y así liberarlos
EFE