Lo Último

.

.

jueves, 24 de marzo de 2016

Vargas Llosa cumplirá 80 años en plenitud creativa y vital

Mario Vargas Llosa cumple 80 años el 28 de marzo, un aniversario muy simbólico al que llega en plena facultad creativa y vital. Acaba de sacar nueva novela, "Cinco esquinas", y su vida personal ha dado un giro copernicano al unirse sentimentalmente a Isabel Preysler
Una apuesta por el amor, por estar y sentirse vivo que le ha hecho ser noticia más allá de la creación literaria o la actividad política, y que le ha colocado en las portadas de las revistas del corazón.
Y es que Mario Vargas Llosa, que nació en Arequipa (Perú) en 1936, siempre ha mostrado gran capacidad y disciplina para trabajar y un deseo vital que le ha llevado a meterse en diferentes ámbitos, además de la escritura, como ser candidato a la Presidencia de su país en 1990 o a subirse a los escenarios, como actor.
Con una vida marcada por los éxitos -salvo el fracaso de su experiencia política- y el favor de los lectores, y contando con todos los premios posibles: Nobel, Cervantes, Príncipe de Asturias, Rómulo Gallegos, Planeta o Jerusalén, entre otros muchos, su historia está determinada por la figura de su padre, un hombre autoritario que nunca quiso que fuera escritor.
Un padre que Vargas Llosa pensaba que estaba muerto, como le había hecho creer su madre, y cuya aparición al reconciliarse con ella, de la que se había separado antes de su nacimiento, le marcó para siempre.
Antes Vargas Llosa vivía feliz en la ciudad boliviana de Cochabamba, donde su abuelo había sido destinado como cónsul; vivía arropado por su madre, sus abuelos, sus tías, y la escritura era ya un juego "exaltante y feliz".
Vargas Llosa comenzó a redactar "La ciudad y los perros" cuando tenía 22 años. Antes de triunfar en las librerías había estudiado Literatura en la limeña Universidad Nacional Mayor de San Marcos y fue redactor en los diarios La Crónica y La Industria.
En 1959 obtuvo una beca para hacer el Doctorado en la Universidad Complutense de Madrid; sería en España donde ganaría uno de sus primeros premios, el Leopoldo Alas, por su colección de cuentos "Los jefes".
Su deslumbrante carrera comenzó en los años sesenta con obras como "La ciudad y los perros", "La casa verde" o "Conversación en La Catedral".
Luego vendrían numerosas novelas: "La guerra del fin del mundo", "El hablador", "La fiesta del chivo", "El paraíso en la otra esquina" o "Travesuras de la niña mala", que lo consagrarían como uno de los grandes autores latinoamericanos, pero también del resto del mundo 
EFE