(Reuters) - El ex presidente colombiano Alvaro Uribe está disconforme con la dirección que está tomando su sucesor. Y lo expresa a través de Twitter.
Con insidiosos mensajes a sus más de 470.000 seguidores, Uribe está a la vanguardia del descontento con el actual presidente Juan Manuel Santos, su ex ministro de Defensa.
Irónicamente, la pelea en la red social está ayudando a Santos a romper con su pasado en la violenta Colombia y a forjar su propio camino como líder de una floreciente economía rica en petróleo y minerales.
Uribe ha criticado particularmente una legislación emblemática de Santos que ofrece indemnización a las víctimas del conflicto armado y un plan de restauración de tierras expropiadas a campesinos por paramilitares y terratenientes de derecha.
El ex presidente, cuya campaña apoyada por Washington para perseguir a los guerrilleros de izquierda ayudó a hacer de Colombia un lugar más seguro, percibe la ley como una concesión a la guerrilla.
“Churchill: el apaciguamiento a los terroristas los crece”, escribió en su cuenta de Twitter el 23 de mayo desde Londres, parafraseando al líder conservador británico en tiempos de guerra.
“Combatir el terrorismo no le gusta a todos pero beneficia a todos, que no retrocedamos”, agregó en otro mensaje.
Luego de gobernar Colombia durante ocho años, Uribe tiene dificultades para acostumbrarse a una vida alejado del poder, dijo Michael Shifter, director del grupo de estudios Inter-American Dialogue en Washington.
“No está contento con quedarse callado y sólo ser espectador. Quiere ser un actor y encontró la herramienta a través de Twitter”, afirmó.
Hasta ahora ha sido una guerra unilateral por Twitter, ya que Santos evitó discutir públicamente y sólo envió mensajes respetuosos reconociendo que él está gobernando con base a los logros de Uribe, que logró revertir la situación en Colombia, hoy una exitosa economía minera y petrolera.
Pero Santos recientemente reveló su frustración y dijo que cuando deje el poder se dedicará a la docencia y “no molestando a los presidentes de turno”. Luego minimizó el comentario.