La fiscalía de Trani, una ciudad italiana de 55.000 habitantes situada en el talón de la bota, lleva un año investigando a los tres analistas de la agencia estadounidense Moody's que elaboran los informes económicos sobre el país transalpino. Ahora, el fiscal Michele Ruggiero está analizando los últimos informes de Moody's sobre la deuda italiana y la estabilidad del sistema bancario que provocaron un terremoto en la Bolsa italiana, según el diario La Repubblica.
Las hipótesis de delito que manejan los magistrados del histórico polo judicial de la región de Apulia son manipulación ilegítima de los mercados, abuso de mercado, tráfico de influencias y divulgación de noticias falsas destinadas a perturbar el mercado financiero.
El fiscal abrió la investigación en 2010 a raíz de la denuncia de dos organizaciones de consumidores, y ha tomado declaración a economistas de prestigio, entre ellos, el ministro Giulio Tremonti y el nuevo director del BCE, Mario Draghi.
La fiscalía sospecha que los analistas de la agencia "no basaron sus informes en datos reales", o en todo caso utilizaron argumentos "que no ofrecían bases sólidas para alterar o depreciar el valor de las acciones". En particular, la fiscalía impugna la valoración sobre la solidez del sistema bancario italiano que contribuyó a hundir hace un año casi todos los títulos de la banca. Si la fiscalía se convence de que Moody's ha actuado de forma "sistemáticamente incorrecta", podría pedir la expulsión de la agencia del mercado italiano.
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