"Esperamos acelerar la respuesta ante la mortalidad materna"
Lima ha sido hoy punto de encuentro para ocho responsables de salud de Gobiernos latinoamericanos, así como representantes de comunidades indígenas de todo el continente. La cita, propiciada por el Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA) busca obtener un consenso político para acelerar el cumplimiento de uno de los objetivos del milenio: la reducción significativa (un 75%) de las muertes de mujeres durante el parto. Marcela Suazo, directora para América y el Caribe del UNFPA, admite que, aunque las estadísticas evidencian una mejora en las últimas dos décadas, la meta sigue lejos de alcanzarse.
Las estadísticas generales también esconden que, si bien las medias nacionales hablan de avances, la mortalidad materna sigue siendo altísima en muchas comunidades indígenas, las más afectadas, tanto por falta de atención de los servicios de salud estatales como por la incomprensión de la diversidad cultural de pueblos que tienen tradiciones, ritos y conocimientos muy específicos. Por eso, la cita de Lima también ha sido un encuentro entre las autoridades políticas nacionales y representantes indígenas, que reclaman un trato más acorde a sus culturas.
Pregunta. ¿Se pueden combinar los avances de la medicina occidental con las tradiciones y conocimientos ancestrales de las comunidades indígenas?
Respuesta. La experiencia nos muestra que sí y lo que se busca es ese punto de encuentro entre la medicina occidental y las prácticas ancestrales. Lo que se quiere es abrir la oportunidad para que más mujeres puedan acceder a los servicios de salud y ninguna muera al dar la vida. En los últimos 20 años la mortalidad materna en el mundo se ha reducido un 34%; en América Latina la cifra ha sido aún mayor, de casi un 42%. Los países se han comprometido a reducir las muertes maternas en un 75%, partiendo de la base de que el 80% de ellas se pueden prevenir. Es importante reconocer esos avances, pero también que seguimos lejos.
P. ¿Y cuánto se ha avanzado en comunidades indígenas?
R. En América Latina en 1990 había 140 muertes maternas por cada 100.000 niños nacidos vivos, ahora el promedio es de 85 por cada 100.000. Ahora, en las mujeres indígenas, la mortalidad aumenta muchísimo. En una comunidad como Potosí, Bolivia, ese número puede subir casi cuatro veces, hasta alrededor de 370 por 100.000.
P. ¿Eso por qué ocurre?
R. Las razones son muchas. Por tanto la atención de las políticas públicas debe ser multidisciplinar, pero a partir de una base fundamental, que es el reconocimiento de la interculturalidad. ¿Cómo hacemos que los servicios de salud aseguren ser espacios adecuados para atender la necesidades de las poblaciones indígenas? En Guatemala, por ejemplo, el 70% de las muertes maternas se da en esas comunidades.
P. ¿Es un tema de entendimiento entre culturas o de que los servicios de salud no llegan a las poblaciones?
R. Es un poco de todo. En Guatemala el 80% de los partos en poblaciones indígenas no son atendidos por los servicios de salud del Estado. En Ecuador y en Bolivia la cifra está en torno al 50%. Pero también es importante ver los determinantes sociales y culturales. Tarcila Rivera, una indígena peruana muy valiosa, cuenta cómo se siente una mujer cuando se acerca un servicio de salud y no entiende el idioma en el que le hablan, que no sabe cuándo le piden que puje o que no puje, no sabe cuándo le piden que se suba a ese aparato conocido como la burra, que ella no entiende, pues viene de una tradición de parto vertical. En resumen, se requiere información, servicios de salud y también un reconocimiento de la interculturalidad para acercar estos servicios a la población.
P. ¿Cuál es el escenario ideal para que una mujer indígena dé a luz?
R. Lo que busca esta iniciativa es el punto de encuentro, crear un modelo que inspire confianza a ambas partes. Por un lado, contar con un servicio de salud listo para dar atención de calidad en complicaciones obstétricas; por otro lado, aceptar el trabajo de parteras y médicos, generar un encuentro de saberes.
P. ¿Qué objetivo se espera lograr con la reunión?
R. En 2015 se cumple el plazo del compromiso de los objetivos de desarrollo del milenio. Esperamos lograr un consenso para acelerar la respuesta interinstitucional ante la mortalidad materna, y en este caso, también una respuesta intercultural
P. ¿Usted cree posible alcanzar el objetivo?
R. Yo creo que se verán avances significativos, este es justamente el objetivo del milenio en el que menos se ha avanzado. Por eso, los esfuerzos que se pueden hacer para que ninguna mujer muera dando la vida deben ser objetivos, claros, dirigidos y focalizados.
P. ¿Qué parte del esfuerzo corresponde a los Gobiernos y a las comunidades indígenas?
R. Esto no es algo que surge del UNFPA, es resultado de un pedido de las mujeres indígenas. Ellas solicitaron la asistencia técnica, ellas saben lo que necesitan y saben que este tema está afectando su salud. Nosotros hemos venido apoyando el desarrollo de sus planes. En cada país hay organizaciones de mujeres y son ellas las que nos dicen cuáles son sus necesidades, también trabajan con las autoridades de salud. Lo importante del trabajo que se viene realizando, específicamente con los fondos que ha dado [la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo,] AECID, que no han sido pocos, cuatro millones de dólares, es que nos ha permitido llegar a más lugares, capacitar a más gente, obtener más diagnósticos.
EL PAIS