(Reuters) - Venezuela aumentará su producción petrolera en el corto plazo gracias a medidas extraordinarias, pero las elevadísimas deudas de la estatal Pdvsa y las adversas condiciones de negocios en el país Opep amenazan con descarrilar la recuperación del sector.
Petróleos de Venezuela (Pdvsa) declaró a la Faja del Orinoco -uno de los mayores depósitos mundiales de crudo- en “emergencia operacional” entre julio y septiembre, lo que le permite asignar contratos sin necesidad de engorrosas licitaciones para acelerar la extracción.
La medida podría ayudar a Venezuela a incrementar el bombeo en 140.000 bariles por día para fin de año, o cerca de un 5 por ciento, pero en años recientes ha mostrado tener efectos perjudiciales a largo plazo
En el 2007, Pdvsa declaró una amplia emergencia que logró incrementar el bombeo en el corto plazo, pero el alza no fue sustentable en el tiempo y, además, generó complicaciones operacionales y legales por el incumplimiento de muchas de las empresas contratadas sin las garantías de un concurso público.
“Si bien es positivo que haya un notable incremento de taladros y un aumento en la producción de la Faja que lograría compensar el declive de las áreas tradicionales, en el mejor de los casos su efecto se limitará a estabilizar la producción”, dijo Patrick Esteruelas, de la agencia Moody’s en Nueva York.
Venezuela, reconocida por la Opep como el país con las mayores reservas mundiales de crudo, lucha por revertir la caída de su bombeo para encaminarse hacia la postergada meta de duplicar la producción en la próxima década, mientras Pdvsa lidia con crecientes pasivos, que se triplicaron desde 2006.
La extracción local de petróleo descendió el año pasado a 2,78 millones de barriles por día (bpd), su nivel más bajo desde un paro que derrumbó el bombeo entre 2002 y 2003, según cifras auditadas por la firma Inspectorate.
Las onerosas obligaciones de Pdvsa, motor financiero de los populares proyectos del Gobierno, la llevaron a acumular una deuda récord de 10.902 millones de dólares con sus proveedores en el 2010, por lo que ahora algunas contratistas se resisten a trabajar para la estatal o exigen duras condiciones de pago.
Las masivas nacionalizaciones ordenadas por el presidente Hugo Chávez y un difícil clima empresarial también desalientan a los suplidores.
“Ha habido un esfuerzo en convocar licitaciones, pero los márgenes de ganancia están regulados y hay temor a las expropiaciones”, explicó a Reuters el presidente de la Asociación Venezolana de Contratistas, Reneiro Contreras, sobre varias convocatorias públicas fallidas.
Las firmas que se siguen arriesgando a prestar servicios a Pdvsa suelen fijar elevados precios de entrada o exigir pagos por adelantado para evitar pérdidas, explicó Contreras.
La empresa estadounidense Schlumberger reportó que hasta mayo Venezuela seguía incorporando taladros para acercarse al récord de unidades registrado en el 2008, lo que sugiere que la extracción aumentaría en los próximos meses.
Nuevos esquemas
Pdvsa busca fijar tarifas máximas para sus contratistas, especialmente en exploración y producción, mientras presiona a las firmas para que se vuelquen a trabajar en el Orinoco, una inhóspita region al sureste del país que requiere desde la apertura de caminos hasta la instalación de servicios.
“Tuvimos un año 2009 muy malo (…) pero les dijimos que vamos a salir de eso y salimos. Estamos regularizando todas nuestras cosas, estamos buscando esquemas para que sigan trabajando con nosotros”, dijo a periodistas el ministro de Energía, Rafael Ramírez, la semana pasada en la Faja.
Los ingresos de Pdvsa se derrumbaron en el 2009 por la crisis económica global y, pese a la recuperación del precio del crudo en los dos años siguientes, los pasivos llegaron a un máximo de 76.451 millones de dólares en el 2010.
La estatal propone a sus socios privados crear alianzas y empresas mixtas, lo que les permitiría asumir algunos de los contratos sin someterse a largas licitaciones.
Una fuente de la industria dijo a Reuters que el modelo implica una reducción apreciable de los márgenes de ganancia, pero beneficiaría a quienes ya recuperaron sus inversiones.
Por su parte, otra fuente de una compañía contratada para proveer equipos de producción dijo que, además, existe un grave problema para importar debido a que Pdvsa prefiere pagar en bolívares, que luego no pueden ser repatriados debido a las férreas restricciones cambiarias vigentes desde el 2003.
“La mayor traba para importar los equipos a tiempo es el control de cambio. Debido a que Pdvsa paga en bolívares las empresas exigen cobrar por adelantado“, dijo.
Pero Venezuela no retira su mirada de la Faja, su más grande apuesta para lograr un alza apreciable de producción.
Con las nuevas condiciones, Pdvsa espera reanimar áreas propias, así como empresas mixtas con socias como TNK.BP , Statoil , Total y Chevron para agregar este año casi 146.000 bpd en el gigantesco campo.
“Tienen que sacar sus cuentas. Una relación de corto plazo no nos interesa, con una relación de largo plazo ya avanzaremos“, dijo Ramírez a las contratistas.