El ataque ha ocurrido en la carretera Darulman, que une la zona verde de Kabul, donde está el cuartel general de la OTAN, con el Centro de Entrenamiento Militar, donde se adiestra a las tropas afganas. Según un comunicado que los talibanes han difundido, el suicida Abdul Rahman estrelló un todoterreno, cargado con 700 kilos de explosivos, contra un modelo de autobús blindado al que los soldados se refieren como rinoceronte por su robustez. El autobús estalló a las puertas de la Universidad Americana de Kabul. Murieron todos sus ocupantes. Dos estudiantes fallecieron también por el estallido, así como otro civil y un soldado afgano.
En toda la guerra, el Pentágono ha identificado 1.819 soldados muertos en Afganistán. De ellos, 390 han fallecido en los primeros 10 meses de 2011. El año pasado, murieron 499.
El presidente afgano, Hamid Karzai, ha emitido un comunicado en el que condena el ataque, pero en el que no se refiere a las bajas norteamericanas, sino solo a los cuatro fallecidos afganos. “Los enemigos de Afganistán han cometido un ataque ruin y cobarde que ha causado el dolor en algunas familias afganas”, ha señalado. La semana entrante Karzai anunciará, en una cumbre que se celebrará en Estambul, que su Gobierno tomará el relevo de la seguridad a las tropas de la OTAN en 17 provincias, siguiendo adelante con el plan de transición a la soberanía de 2014.
En los últimos meses, sin embargo, los insurgentes han convertido a Kabul en un objetivo prioritario. Es, además, una de las primeras áreas en que las fuerzas de seguridad afganas han tomado el relevo de la OTAN. El 13 de septiembre defendieron en solitario la Embajada norteamericana de un ataque coordinado con granadas. También allí, los insurgentes asesinaron el 20 de septiembre al negociador de paz y expresidente del país Burhanuddin Rabbani.
Un grave problema para las tropas aliadas son las traiciones de soldados afganos, como el que ayer mató a los tres australianos. En el que se considera otro de los ataques más graves que ha sufrido EE UU en los 10 años de guerra, ocurrido en el mes de abril, otro soldado afgano abrió fuego contra ocho oficiales en la parte militar del aeropuerto internacional de Kabul. Esa cifra solo es comparable a un ataque de julio del año 2008 contra un puesto militar en la provincia de Kunar, en el que murieron otros nueve soldados de nacionalidad norteamericana.