El cirujano Pedro Cavadas, el primero en realizar un trasplante de cara en España, aseguró hoy que la realización de este tipo de intervenciones "realmente" significa "devolver la dignidad humana" al paciente.
En una conferencia con motivo del 34º aniversario del Hospital Universitario Ramón y Cajal, en Madrid, sobre los trasplantes de tejidos compuestos (cara, manos, antebrazos o miembros inferiores), el doctor Cavadas explicó que en los trasplantes de cara el fin no es recuperar el aspecto anterior del paciente ni tampoco obtener el del donante.
"El objetivo es permitir la socialización, poder dar a un paciente un aspecto humano que le permita socializarse, que no es poco", subrayó este cirujano, también pionero en realizar el primer trasplante bilateral de miembros inferiores del mundo, hace ahora tres meses.
Dos años después de realizar el trasplante de cara, este cirujano valenciano asegura que el balance riesgo-beneficio es positivo y el paciente está socializado.
Reconoció que el conocimiento acumulado en este tipo de intervenciones es muy escaso, de tal forma que "lo primero todavía es lo último", y aseveró que técnicamente son más complicadas que las de manos y la morbimortalidad es más alta.
El doctor Cavadas explicó que los trasplantes de tejidos compuestos necesitan un periodo de regeneración nerviosa y de rehabilitación, además de que se trata de órganos no vitales, lo que los hace peculiares.
Por ello, subrayó que sólo se contemplan en el caso de "perdidos al río", es decir, cuando la calidad de vida del paciente sea muy reducida.
Así, en la mayoría de los casos "la mejora de la calidad de vida es tan grande que justifica el riesgo", recalcó.
"En un trasplante de este tipo, el paciente sale de quirófano con una estructura de color rosa y poco más; hace falta sangre, sudor y lágrimas de rehabilitación (año y medio como mínimo) para que eso reluzca", precisó Cavadas, quien insistió en que "esto el paciente lo tiene que saber".
Además, manos o cara son órganos asociados a emotividad, lo que puede ser un problema respecto de los donantes.
Otro problema añadido, es que se desconoce cuál es el destino a largo plazo de este tipo de trasplantes, dado el poco tiempo transcurrido desde que se empezaron a realizar, aunque Cavadas se mostró confiado en que el futuro pueda ser esperanzador.
En su intervención aludió al trasplante bilateral de miembro inferior realizado hace tres meses a un paciente que estaba condenado a una silla de ruedas y fue tajante: "salvo que consigamos que camine, que creo que sí, no es justificable el riesgo".
Además de operar en el Hospital La Fe de Valencia, este cirujano se desplaza a Kenia tres veces al año para realizar intervenciones de cirugía reconstructiva, fundamentalmente a pacientes con secuelas de disparos.
EFE