Ante la acusación presentada por el Ministerio Público, fue condenada a cuatro
años de prisión y prohibición de ejercer su profesión durante el mismo lapso la
gineco-obstetra, Jacqueline Farías Mariño, por su responsabilidad en un caso de
mala praxis médica en el que murió Ana Teresa García, quien tenía 8 meses de
gestación de unas gemelas que también fallecieron.
El hecho ocurrió el 19
de octubre de 2003, en el hospital Central de San Felipe, estado Yaracuy.
Durante el juicio oral y público, las fiscales 84° nacional y 3º de esa
jurisdicción, Yurima Gil y Emy Rivero, respectivamente, ratificaron la acusación
contra la profesional de la medicina por la comisión del delito de homicidio
culposo por negligencia, previsto y sancionado en el Código Penal.
La
referida legislación señala que: “El que por haber obrado con imprudencia o
negligencia, o bien con impericia en su profesión, arte o industria, o por
inobservancia de los reglamentos, órdenes o instrucciones, haya ocasionado la
muerte de alguna persona, será castigado con prisión de seis meses a cinco
años”.
En ese sentido, ante la contundencia de la acusación presentada
por el Ministerio Público, el Tribunal 2° de Juicio del estado Yaracuy dictó la
referida condena contra la mujer.
El citado día, a las 7 de la noche, la
víctima se encontraba recluida en el hospital Central de San Felipe, en virtud
que por tener un embarazo de alto riesgo, debía estar bajo constante vigilancia
médica.
Minutos más tarde, la mujer cayó al piso bruscamente lo que le
provocó desprendimiento del útero. Al ser socorrida por el personal presente,
tuvo que esperar durante 40 minutos que llegara Farias, quien era la médico de
guardia.
Seguidamente, la galeno solicitó la utilización del quirófano,
donde luego de iniciar la operación pudo constatar el desprendimiento del útero
y la muerte de las gemelas, por lo cual la paciente cayó en un estado de shock
hipovolémico por la pérdida de más de tres mil cc de sangre
GLOBOVISION