(EFE).- Un grupo de científicos ha descubierto los dos agujeros
negros más grandes conocidos hasta la fecha, con una masa casi 10.000
millones de veces superior a la del Sol, según publica hoy la revista
“Nature”.
Estos agujeros negros, localizados en dos enormes galaxias elípticas
a unos 270 millones de años luz de la Tierra, son mucho más grandes de
lo que se había predicho mediante extrapolaciones de los atributos de las
galaxias anfitrionas.
Según los expertos, encabezados por Chung-Pei Ma, de la universidad de
California (Estados Unidos), el hallazgo sugiere que los procesos que influyen
en el crecimiento de las galaxias grandes y sus agujeros negros difieren de los
que afectan a las galaxias pequeñas.
Se cree que todas las galaxias masivas con componente esferoidal albergan en
sus centros agujeros negros gigantescos.
Además, las fluctuaciones de luminosidad y brillantez identificadas
en los quásares del universo temprano sugieren que algunos de ellos
habrían estado alimentados por agujeros negros con masas 10.000 millones de
veces superiores a la del sol.
Sin embargo, hasta ahora el agujero negro más grande que se conocía, ubicado
en la gigantesca galaxia elíptica Messier 87, tenía una masa de solo 6.300
millones de masas solares.
Los agujeros negros son difíciles de detectar porque su poderosa
gravedad lo absorbe todo, incluida la luz u otras radiaciones que
podrían revelar su presencia.
Los científicos evaluaron los datos de dos galaxias vecinas a la mencionada,
NGC 3842 y NGC 4889, y concluyeron que había allí agujeros negros
supermasivos.
Se sirvieron del telescopio Gemini de Hawai, adaptado con lentes
especiales que permiten detectar el movimiento anómalo de estrellas que
se mueven cerca de los agujeros negros y que son absorbidas por estos.
Los investigadores constataron que NGC 3842 alberga en su centro un agujero
negro con una masa equivalente a 9,7 millones de masas solares, mientras que en
NGC 4889 hay otro con una masa igual o superior, aseguran en “Nature”.
Estos agujeros negros tendrían un horizonte de sucesos -la región en la cual
nada, ni siquiera la luz, puede escapar a su atracción- unas siete veces mayor
que todo nuestro sistema solar.
Según los expertos, el enorme tamaño de los agujeros se debería a su
habilidad para devorar no solo planetas y estrellas sino también
pequeñas galaxias, un proceso que se habría producido a lo largo de millones de
años.