El estreno estuvo lejos de lo estimado. Nintendo tardó varios meses en darse cuenta de que, para
empezar, el éxito de ventas de las primeras DS, portátiles con pantalla doble,
estaba lejos de repetirse. La empresa japonesa de entretenimiento tuvo que reducir el precio de su nueva portátil sin gafas a poco más de
150 euros y compensar a los compradores iniciales con 10 juegos
descargables.
La decisión comienza a dar sus frutos. Nintendo acaba de anunciar que ha superado los cuatro millones
de consolas en Japón, medio millón de las mismas se adquirieron la semana del 19
de diciembre. Al éxito ha ayudado Monster Hunter, un juego que solo está
disponible de manera local, y dos lanzamientos especialmente cuidados: Mario
Kart 7 y Mario 3D Land. Ambos juegos han superado el millón de cartuchos
respectivamente.
La decepción inicial hizo que las acciones de los creadores de Mario Bros.
bajasen más de un 15% en pocos días. El recorte de precio fue el mejor estímulo.
Sin embargo, muchos accionistas pidieron que se abriesen sus grandes juegos a
otros aparatos. Creían que Mario, el fontanero todopoderoso, salvaría la cuenta
de resultados de la empresa si se podía descargar para tabletas y teléfonos. Satoru Iwata, consejero
delegado, ha desmentido tanto una nueva bajada de precio como que sus más
preciadas criaturas se ejecuten en un aparato que no sea fabricado por
ellos.
Nintendo ha aprendido dos lecciones: Sin un catálogo amplio, mejor si Mario
es protagonista, no hay éxito. Sin un precio ajustado, tampoco.
EL PAIS
El pasado 22 de diciembre salió a la venta en Japón la consola llamada a
competir en este segmento, la PS Vita de Sony. Llegará a Estados Unidos y
Europa el 22 de febrero. Curiosamente, al mismo precio con que debutó 3DS, 249
euros, pero con una veintena de juegos desde el estreno.