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domingo, 1 de enero de 2012

Los libros que deberías leer en 2012, según @Nalgasylibros


Tras difundir su valiosa lista de los mejores traseros que circularon en la red durante 2011, Anita, la editora del blog Nalgas y Libros, presenta sus recomendaciones literarias para el año nuevo.
“Me parece importante que consideren la lectura de los siguientes libros. Algunos forman parte de las cosas buenas que desde hace tiempo están ocurriendo con las letras venezolanas, otros son referencia ineludible en el mundo y algunos los recomiendo únicamente porque me gustaron mucho”, escribió Anita.

Lo escuché llorar en mi boca, Tríptico de Caracas, de Joaquín Ortega

Tal vez todo monólogo femenino sea erótico. Acudir a los pensamientos de una mujer es desnudar su intimidad, es como entrar a su baño y robarle olores, experiencias y besos imaginarios para atesorarlos en alguna parte de nuestra mente.
Sin embargo, saber qué piensa una mujer es también presenciar sus dolores, resignaciones y decisiones más drásticas.
“Lo escuché llorar en mi boca, Tríptico de Caracas” explora tres almas: la de un asesino y la de dos mujeres. Tres historias breves que te atraparán.

La máquina clásica, de Roberto Echeto

Imagina que un Mustang amarillo se para frente a tu casa. Vinieron a buscarte. Tú no te siente listo todavía. Das excusas, te tardas, pero debes irte. Suena la corneta para que te apures. ¡Apúrate!
Los cuentos de este libro tienen fuerza. Sus personajes enfrentan las situaciones más inverosímiles con el mismo lenguaje y la misma actitud que tú y yo asumiríamos.
La originalidad del autor aparece por todos lados: en la línea menos esperada, en la trama y en palabras sorprendentemente apropiadas para circunstancias increíbles.

Humor y amor, de Aquiles Nazoa

Recomiendo este comentadísimo libro fundamentalmente porque me he dedicado a publicar los poemas de Aquiles Nazoa cada vez que tengo un espacio en Nalgas y Libros.
Yo creía que en cada hogar venezolano había un ejemplar de “Humor y amor”, pero ahora estoy al tanto de que hay muchos venezolanos que siguen sin conocer al más grande genio del humorismo en nuestro país. 2012 es un buen año para retornar a Aquiles.

Las puertas de la percepción, de Aldous Huxley

Este libro habla de las experiencias de su autor con una droga llamada mescalina.
Aunque se publicó hace demasiado tiempo, me parece apropiadísimo para 2012 no por que yo misma me ponga a decir que será un año psicodélico, sino porque los análisis del libro sobre la manera en que el ser humano recibe datos del mundo que lo rodea puede ubicarnos en un estado de sensibilidad interesante.
La relación entre el ser humano y el resto de las cosas a través de los sentidos es buena idea en el año en que, según los mayas, todo terminará.

Métodos de la lluvia, de Leonardo Padrón

Me dicen que en sus anteriores libros de poemas, Leonardo Padrón giraba mucho en torno a dos temas fundamentales: la mujer y la ciudad. No leí nada de aquello, pero este me gustó.
“Métodos de la lluvia” es uno de los libros de versos más populares actualmente en Venezuela. En él hay un castellano muy agradable que sirve para abordar temas como el tiempo, los 50 años, la vida, los hijos, y claro, la mujer.

Fantomas contra los vampiros multinacionales, de Julio Cortázar

Como Vargas Llosa dice que a Cortázar hay que leerlo siempre. En 2012 será bueno conocer la parte política y humorística de este argentino universal. “Fantomas contra los vampiros multinacionales” es un libro que se vuelve Comic y planfleto alternativamente.
Aquí Julio Cortázar es el protagonista de una trama donde participan otros escritores famosos. Alguien -unos vampiros multinacionales tal vez- quiere acabar con la literatura. Fantomás, el súper héroe, debe hacer algo al respecto.

La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y su abuela desalmada, de García Márquez

La abuela de Eréndira la prostituye: la explota como un país a su colonia. La jovencita se enamora de un chico llamado Ulises, a quien le pide que asesine a la anciana para quedar libre.
Este libro está lleno de una hermosa fantasía que dio a su autor la oportunidad de experimentar de distintas maneras. Pueblos aislados, ángeles viejos y feos, un capítulo lleno de comas…
Esta historia parece desprenderse de las primeras páginas de cien años de soledad, donde una anciana viaja de pueblo en pueblo prostituyendo a su nieta para que le pague la casa que le quemó.