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domingo, 1 de enero de 2012

El cáncer, el mal del poder en Latinoamérica: puede que el ejercicio del poder desgaste a quién lo ejerce


Cristina Fernández de Kirchner se suma a la lista de mandatarios latinoamericanos que han sufrido de cáncer, luego del anuncio sobre una cirugía a la que se someterá en los próximos días para retirarse un tumor cancerígeno en la tiroides.

En artículo publicado el día de hoy en el diario español ABC, realiza un análisis sobre cómo pareciera que el ejercicio del poder desgatara a quienes lo ejercen y colocó de ejemplo a Argentina, un país en el cual tres de sus mandatarios (Carlos Menem, Fernando de la Rúa y Néstor Kirchner) han tenido que ser intervenidos quirúrgicamente estando en el poder.

La semana pasada, la Casa Rosada de Argentina anunció que la reelecta CK padece de un tumor en el lóbulo derecho de la glándula tiroides, el cual será extirpado el próximo 4 de enero.


“Nos estamos especializando en América del Sur en enfrentar y derrotar esta enfermedad”, dijo Chávez en esa oportunidad sobre todo después que en el mes de junio anunció que le había extraído un tumor cancerígeno, cuyo tipo y localización jamás fue precisado. Tras cuatro sesiones de quimioterapia, tres en La Habana y una en Caracas, hace unos días aseguró que los último análisis médicos que le habían realizado no habían detectado “células malignas” en su cuerpo.

No obstante, el cáncer también afectó al expresindente brasilero Luiz Inácio Lula Da Silva, a quien se le detectó un tumor en la laringe. Las imágenes de su mujer afeitándole la cabeza impactaron en el continente. El pasado 12 de diciembre, los médicos que le tratan informaron de que gracias a la quimioterapia, el tumor se había reducido un 75% y que en breve comenzarían a aplicarle radioterapia.

Sin embargo, esto últimos no son los únicos mandatarios latinos a los cuales los ha atacado en cáncer, puesto que en 2009, la actual presidenta del gigante de Suramérica, Dilma Rousseff, le diagnosticaron un cáncer en el sistema linfático y un año después al presidente paraguayo, Fernando Lugo, le detectaron un no-Hodgkin de baja malignidad. En ambos casos, los líderes salieron airosos de sus tratamientos y lograron curarse.

Este artículo supone que factores como el estrés, los viajes y los problemas emocionales podrían ser un desencadenante para el cáncer, lo que daría a pensar que un presidente podría estar en riesgo por los gajes propios de dirigir a toda una nación.